Cantares 2 - Biblia Martin Nieto1 Él: Yo soy el narciso de Sarón, el lirio de los valles. 2 Como el lirio entre cardos, así es mi amada entre las jóvenes. Ella: 3 Como manzano entre árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra apetecida estoy sentada, y su fruto me es dulce al paladar. 4 Me ha llevado a su bodega, y su insignia sobre mí es el amor. 5 Confortadme con pasteles de uvas, reanimadme con manzanas, porque enferma estoy de amor. 6 Su izquierda está bajo mi cabeza, y su diestra me tiene abrazada. Él: 7 Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, no despertéis, no turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. Ella: 8 ¡Una voz!... ¡Es mi amor! He aquí que ya llega saltando por los montes, brincando por los collados. 9 Semejante es mi amor a una gacela, a un ágil cervatillo. Vedlo ya aquí apostado detrás de nuestra cerca. Mira por las ventanas, espía por las celosías. 10 Mi amor canta y me dice: Él: '¡Levántate, amor mío; hermosa mía, ven! 11 Porque, mira, ha pasado el invierno, ha cesado la lluvia y ya se ha ido. 12 Han nacido las flores en la tierra, ha llegado el tiempo de la poda; ya la voz de la tórtola se siente en nuestra tierra. 13 La higuera echa las yemas de sus higos, las viñas en flor exhalan su perfume. ¡Levántate, amor mío; hermosa mía, ven! 14 Paloma mía, en las grietas de las peñas, en escarpados escondrijos, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y tu rostro encantador'. 15 'Cazadnos las raposas, las raposas pequeñas, que estropean la viña, pues nuestras viñas están en flor'. Ella: 16 Mi amado es mío y yo soy suya. Él apacienta su rebaño entre los lirios. 17 Mientras sopla la brisa del día y las sombras se desvanecen, vuelve, amor mío; sé como la gacela o el joven cervatillo en los montes perfumados |
Evaristo Martín Nieto©