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Cantares 2:3 - Biblia Martin Nieto

3 Como manzano entre árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra apetecida estoy sentada, y su fruto me es dulce al paladar.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Como el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado entre los jóvenes; Bajo la sombra del deseado me senté, Y su fruto fue dulce a mi paladar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Como el manzano más selecto del huerto es mi amante entre los jóvenes. Me siento bajo su sombra placentera y saboreo sus deliciosos frutos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Como manzano entre los arbustos, así es mi amado entre los jóvenes. Estoy sentada a su sombra deseada y su fruto me es dulce al paladar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Ella Como el manzano entre los árboles del bosque, Así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra he deseado sentarme, Y comer sus dulces frutos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Como manzano entre los árboles silvestres, así mi amado entre los jóvenes. A su sombra he deseado sentarme, y comer de sus sabrosos frutos.

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Cantares 2:3
34 Tagairtí Cros  

Mi corazón rebosa de palabras bellas, voy a recitar mis versos en honor del rey, mi lengua es como la pluma de un escritor experto.


Eres el más hermoso de los hombres, la gracia corre por tus labios, porque Dios te ha bendecido para siempre.


Al maestro de coro. Según 'No destruyas'. Poema de David, cuando huyendo de Saúl se escondió en la cueva


Los cielos, Señor, cantan tus maravillas, y tu lealtad en la asamblea de los santos.


Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente,


¡Qué hermoso eres, amor mío, qué delicioso! Todo verdor es nuestro lecho.


Confortadme con pasteles de uvas, reanimadme con manzanas, porque enferma estoy de amor.


Un vergel de granados tus brotes, con los más exquisitos productos:


Levántate, Aquilón; Austro, ven; soplad en mi jardín y exhale sus aromas. ¡Entre mi amor en su vergel y coma sus frutos exquisitos!


Su boca es colmo de dulzura, todo en él es delicia. Así es mi amor, así mi amigo, hijas de Jerusalén.


y de mañana iremos a las viñas: veremos si la vid echa sus brotes, si se abren las flores y si florecen los granados. Allí te entregaré yo mis amores.


Salomón tenía una viña en Baal-Hamón, la encomendó a sus guardas. Cada uno tenía que pagarle por sus frutos mil monedas de plata...


Mi propia viña ante mis ojos... ¡Las mil monedas para ti, oh Salomón, y doscientas para los guardas de su fruto!


¿Quién es ésta que sube del desierto apoyada en su amor? Él: Te he despertado debajo del manzano, allí donde te concibió tu madre, allí donde te concibió la que te dio a luz. Ella:


porque tú eres un refugio para el desvalido, un refugio para el pobre en su angustia, abrigo contra el aguacero, sombra contra el calor; pues el soplo de los tiranos es como la lluvia que azota la pared,


Cada uno será como un refugio contra el viento y un abrigo contra la tempestad; como corrientes de agua en tierra seca, como la sombra de una gran peña en tierra ardiente.


Aquel día el brote del Señor será ornamento y gloria, y el fruto de la tierra será orgullo y esplendor de los librados de Israel.


y cabaña, para dar sombra de día contra el calor, y refugio y amparo contra la tempestad y la lluvia.


Junto al río crecerán, a una y otra margen, toda clase de árboles frutales, cuyo follaje no se marchitará y cuyo fruto no se agotará nunca. Todos los meses darán frutos nuevos, porque sus aguas manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de medicina.


Se ha secado el viñedo, se ha agostado la higuera, el granado, la palmera, el manzano, todos los árboles del campo están secos. ¡Ha desaparecido la alegría entre los hombres!


fijando nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, para obtener la gloria que se le proponía, soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios.


La zarza espinosa les respondió: Si de verdad queréis ungirme por vuestro rey, venid y refugiaos a mi sombra; y si no, saldrá fuego de la zarza y devorará a los cedros del Líbano.


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