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Apocalipsis 21:8 - Biblia Martin Nieto

Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los homicidas, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el estanque ardiente de fuego y de azufre: ésta es la segunda muerte'.

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Biblia Reina Valera 1960

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Pero los cobardes, los incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que rinden culto a ídolos y todos los mentirosos, tendrán su destino en el lago de fuego que arde con azufre. Esta es la segunda muerte».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero para los cobardes, los renegados, los corrompidos, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras, en una palabra, para todos los falsos, su lugar y su parte es el lago que arde con fuego de azufre, que es la segunda muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero los cobardes e incrédulos, y abominables y homicidas, y fornicarios y hechiceros, e idólatras y todos los mentirosos,° tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero los cobardes, los incrédulos, los culpables de abominación, los homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros, compartirán el lago que arde con fuego y azufre. Ésta es la segunda muerte'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero los temerosos e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

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Apocalipsis 21:8
39 Tagairtí Cros  

El testigo falso no quedará impune, quien profiere mentiras no escapará.


El testigo falso no quedará impune, quien profiere mentiras perecerá.


Yo, yo soy tu consolador. ¿Quién eres tú para temer a un hombre mortal, a un hijo de Adán, condenado a la suerte del heno?


¿De quién tienes miedo, a quién temes, para haber renegado así de mí, sin acordarte más de mí, ni llevarme en tu corazón? Yo me callaba, cerraba los ojos; por eso no temías.


Los guías de este pueblo lo extravían, y los guiados se han perdido.


Yo vendré a juzgaros; seré testigo acusador contra los hechiceros, contra los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan al jornalero, a la viuda y al huérfano y violan el derecho del extranjero sin ningún temor de mí -dice el Señor todopoderoso-.


No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede perder el alma y el cuerpo en el fuego.


Tuve miedo, fui y escondí tu millón en la tierra. Aquí tienes lo tuyo.


Jesús les dijo: '¿Por qué tembláis, hombres de poca fe?'. Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma.


Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtatelo.


Vosotros sois hijos del diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él fue homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, pues no hay verdad en él. Cuando dice mentira, habla según su propia naturaleza, porque es mentiroso y padre de la mentira.


Los jefes seguirán diciendo a la tropa: ¿Hay alguien que tenga miedo y se acobarde? Que se vuelva a su casa para que no contagie la cobardía a sus hermanos.


La venida de este hombre inicuo, en razón de la actividad de Satanás, irá acompañada de toda suerte de prodigios, de señales y de portentos engañosos,


inducidos por la hipocresía de impostores, cuya conciencia se halla marcada al rojo vivo,


Hacen profesión de conocer a Dios, pero le niegan con las obras, pues son odiosos y rebeldes, incapaces de hacer nada bueno.


a Jesús, mediador de una alianza nueva, que nos roció con una sangre, que habla más elocuentemente que la de Abel.


Que el matrimonio sea tenido en gran honor y el lecho conyugal esté sin mancha, porque Dios juzgará a los lujuriosos y a los adúlteros.


Y ¿quién es el mentiroso sino el que dice que Jesús no es el Cristo? Éste es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.


El que odia a su hermano es un homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene la vida eterna en sí mismo.


El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí mismo el testimonio. El que no cree en Dios le considera mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo.


beberá el vino de la ira de Dios, que ha sido vertido sin mezcla en el cáliz de su cólera, y será atormentado en el fuego y en el azufre en presencia de los cuatro ángeles y del cordero.


Pero la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta, que con sus prodigios ante la otra bestia había seducido a los que llevaban la marca de la bestia y habían adorado su estatua. Y fueron arrojadas vivas las dos a un estanque de fuego, de azufre ardiente.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El vencedor no será víctima de la segunda muerte.


Conozco tus obras, tus fatigas y tu constancia. Sé que no puedes soportar a los malos, que has puesto a prueba a los que se llaman apóstoles sin serlo y los has encontrado mentirosos;


En ella no entrará nada impuro ni quien comete abominación o mentira, sino únicamente quienes han sido inscritos en el libro de la vida del cordero.


Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los homicidas, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.


Así vi a los caballos y a los jinetes: éstos tenían corazas de color de fuego, de jacinto y de azufre; los caballos tenían las cabezas como las de los leones, y de su boca salía fuego y azufre.


no se arrepintieron ni de sus homicidios, ni de sus maleficios, ni de su lujuria, ni de sus robos.


Por eso, llama al pueblo y dile: El que tenga miedo y tiemble, que se vuelva y se retire'. Se retiraron del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.