Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Isaías 51:12 - Biblia Martin Nieto

12 Yo, yo soy tu consolador. ¿Quién eres tú para temer a un hombre mortal, a un hijo de Adán, condenado a la suerte del heno?

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

12 Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 «Yo, sí, yo soy quien te consuela. Entonces, ¿por qué les temes a simples seres humanos que se marchitan como la hierba y desaparecen?

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Yo, yo soy el que te consuela. ¿Por qué tienes miedo a los hombres que mueren, a un hijo de hombre que desaparecerá como el pasto?

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Yo, Yo soy quien os consuela, ¿Quién eres tú para que temas al mortal; A hombres, que son como la hierba,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Yo, yo soy quien os consuela. ¿Quién eres tú para que temas al hombre que muere, al hijo de hombre que como hierba es tratado?

Féach an chaibidil Cóip




Isaías 51:12
37 Tagairtí Cros  

El ángel del Señor dijo a Elías: 'Anda con él, no le tengas miedo'. Fue con él, se presentó ante el rey,


El Señor está conmigo; de nada tengo miedo, ¿qué puede hacerme el hombre?


exhalan el aliento y retornan al polvo, y ese día se malogran todos sus proyectos.


Esto no lo entiende el hombre estúpido, y el insensato no comprende nada.


Muchos buscan el favor del príncipe, pero el derecho de cada uno viene del Señor.


Dios es mi salvador; confío en él, no temo, porque mi fuerza y mi júbilo es el Señor; él es mi salvación.


Dejad de confiar en el hombre, pues sólo un soplo hay en su nariz. ¿Cuánta estima merece?


Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios.


Soy yo, soy yo, quien tengo que borrar tus faltas y no acordarme de tus pecados.


Cielos, gritad de gozo; alégrate, tierra; montes, saltad de júbilo, pues el Señor ha consolado a su pueblo, se ha compadecido de los desgraciados.


Sí, el Señor se compadece de Sión, se compadece de todas sus ruinas; convertirá su desierto en un edén, y su tierra seca en el jardín del Señor. Gritos de gozo y júbilo se oirán en ella, acción de gracias al son de la música.


Estallad a una en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su pueblo y rescata a Jerusalén.


¿De quién tienes miedo, a quién temes, para haber renegado así de mí, sin acordarte más de mí, ni llevarme en tu corazón? Yo me callaba, cerraba los ojos; por eso no temías.


a proclamar un año de gracia del Señor, un día de venganza para nuestro Dios. A consolar a todos los afligidos,


Como a un hijo a quien consuela su madre, así yo os consolaré a vosotros; por Jerusalén seréis consolados.


No llaméis conspiración a todo lo que este pueblo llama conspiración; no temáis lo que él teme, no os asustéis.


El rey Sedecías dijo a Jeremías: 'Tengo miedo a los judíos que se han pasado a los caldeos; si caigo en sus manos me maltratarán'.


y alejarse de los caldeos, a quienes temían, porque Ismael, hijo de Netanías, había matado a Godolías, hijo de Ajicán, puesto por el rey de Babilonia al frente del país.


Y tú, hijo de hombre, no los temas ni tengas miedo de sus palabras. No temas, aunque te encuentres entre cardos y zarzas y habites en medio de escorpiones. No temas sus palabras ni te asustes de sus miradas, porque no son más que una raza de rebeldes.


No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede perder el alma y el cuerpo en el fuego.


'No os dejaré abandonados; volveré a estar con vosotros.


La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría; se consolidaba y progresaba en la fidelidad al Señor, y se extendía alentada por el Espíritu Santo.


pues: Todo mortal es hierba toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, la flor se marchita,


Saúl dijo a Samuel: 'He pecado traspasando la orden del Señor y tus palabras, porque temí al pueblo y accedí a sus palabras.


Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, quedaron consternados y se llenaron de miedo.


David reflexionó sobre estas palabras y sintió gran miedo de Aquís, rey de Gat,


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí