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Isaías 51:13 - Biblia Martin Nieto

13 ¿Vas a olvidar al Señor tu creador, que desplegó los cielos y fundó la tierra, para temblar sin cesar todo el día ante la furia del opresor, que se dispone a perderte? Pero, ¿dónde está la furia del opresor?

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Sin embargo, has olvidado al Señor, tu Creador, el que extendió el cielo como un dosel y puso los cimientos de la tierra. ¿Vivirás en constante terror de los opresores humanos? ¿Seguirás temiendo el enojo de tus enemigos? ¿Dónde están ahora su furia y su enojo? ¡Han desaparecido!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 ¿Acaso te has olvidado de Yavé, que te creó, que extendió los cielos y que fundó la tierra? Pues te lo pasas siempre asustado al ver la rabia del tirano, que trata, por todos los medios, de destruirte. Pero, ¿dónde está ahora su rabia?

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y te hayas olvidado de YHVH, tu Hacedor, Que extendió los cielos y cimentó la tierra, Y tiembles continuamente, todos los días, Ante la furia del opresor cuando se apresta a destruir? ¿Dónde ha quedado la furia del opresor?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Olvidabas a Yahveh, que te hizo, que extendió el cielo y fundó la tierra, y siempre temblabas todo el día ante el furor del opresor cuando intentaba perderte. Pero ¿dónde está el furor del opresor?

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Isaías 51:13
56 Tagairtí Cros  

Su mujer, Zeres, y sus amigos le respondieron: 'Manda preparar un patíbulo de veinticinco metros de altura, y mañana por la mañana propón al rey que se cuelgue en él a Mardoqueo, y así irás contento con el rey al banquete'. Agradó la propuesta a Amán, y ordenó que se preparase el patíbulo.


Amán fue ahorcado en el patíbulo que había preparado para Mardoqueo, y entonces se aplacó la ira del rey.


¿Extiendes con él la bóveda del cielo, sólido como espejo de metal fundido?


Él solo extiende los cielos y camina sobre la superficie del mar.


arropado de luz, como de un manto despliegas los cielos lo mismo que una tienda,


Pero pronto se olvidaron de sus obras y no supieron esperar en sus designios:


cuando Dios se levanta para hacer justicia, para liberar a todos los oprimidos de la tierra.


Por eso dice el Señor Dios omnipotente: No temas a Asiria, pueblo mío que habitas en Sión, cuando te hiere con la vara y alza el bastón contra ti, como lo hacía Egipto.


pronunciarás esta sátira contra el rey de Babilonia: ¡Cómo ha acabado el tirano, en qué paró su arrogancia!


Deja que en ti se hospeden los fugitivos de Moab; sé tú su cobijo frente al devastador hasta que acabe la opresión, el devastador desaparezca y se aleje del país el que lo arrasa.


Porque has olvidado al Dios de tu salvación y no te acordaste de la roca de tu refugio, por eso has plantado huertos de delicias, y siembras en ellos semilla extranjera.


¿No lo sabéis? ¿No lo habéis oído? ¿No se os ha manifestado desde el principio? ¿No lo habéis comprendido desde que se fundó la tierra?


Él se sienta sobre el globo de la tierra, cuyos habitantes le parecen saltamontes; él despliega los cielos como tenue velo y los extiende como una tienda para vivir en ella;


Esto dice el Señor, Dios, el que creó los cielos y los desplegó, el que asentó la tierra y sus productos, el que da aliento al pueblo que la habita y soplo a los seres que se mueven en ella:


Pero ahora esto dice el Señor, tu creador, Jacob, aquel que te formó, Israel: No temas, pues yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres.


Esto dice el Señor tu redentor, el que te formó desde el seno materno: Yo soy el Señor, el que lo ha hecho todo; el que despliega, él solo, los cielos; el que afirma la tierra sin ayuda alguna;


Soy yo quien ha hecho la tierra, y en ella he creado al hombre; yo mismo con mis manos he extendido los cielos, y a todo su ejército doy órdenes.


Esto dice el Señor, el que creó los cielos, el que es Dios, el que formó la tierra y la creó, el que la estableció y no la creó vacía, sino que la formó para ser habitada; yo, el Señor, y nadie más:


Fue mi mano la que fundó la tierra, y mi diestra la que desplegó los cielos; los llamo yo, y todos a una se presentan.


A tus opresores haré comer su propia carne, de su misma sangre se embriagarán como de vino nuevo. Y todo mortal sabrá que yo, el Señor, soy tu salvador y tu redentor, el fuerte de Jacob.


Serás fundada en la justicia, y estarás a salvo de la opresión, pues nada temerás; a salvo de la destrucción, que nunca más te alcanzará.


¿De quién tienes miedo, a quién temes, para haber renegado así de mí, sin acordarte más de mí, ni llevarme en tu corazón? Yo me callaba, cerraba los ojos; por eso no temías.


y dile: Pon atención, estáte tranquilo, no temas, no desmaye tu corazón por causa de esos dos tizones humeantes; por el furor de Rasín, rey de Siria, y del hijo de Romelías,


Porque todo calzado de guerra estrepitoso, todo manto manchado de sangre será quemado, pasto de las llamas.


¿Puede una joven olvidarse de sus joyas, una novia de su cinturón? Pues mi pueblo me ha olvidado a mí hace ya mucho tiempo.


El rey Sedecías dijo a Jeremías: 'Tengo miedo a los judíos que se han pasado a los caldeos; si caigo en sus manos me maltratarán'.


y alejarse de los caldeos, a quienes temían, porque Ismael, hijo de Netanías, había matado a Godolías, hijo de Ajicán, puesto por el rey de Babilonia al frente del país.


Él ha hecho la tierra con su poder, ha asentado al mundo con su sabiduría y con su inteligencia ha desplegado los cielos.


No es así la porción de Jacob, porque él ha formado el universo e Israel es la tribu de su heredad; su nombre es 'el Señor omnipotente'.


¿Estáis dispuestos cuando oigáis sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de instrumentos musicales a postraros y adorar la estatua que he hecho? Si no la adoráis, seréis inmediatamente arrojados en un ardiente horno de fuego; y ¿qué Dios os podrá librar de mis manos?'.


Pero si no nos librase, has de saber, oh rey, que no serviremos a tu dios ni adoraremos la estatua de oro que has levantado'.


Entonces Nabucodonosor, lleno de furor y con el rostro desencajado de ira contra Sidrac, Misac y Abdénago, dio orden de que se encendiese el horno siete veces más de lo corriente


Pero en aquel instante un ángel del Señor lo hirió de muerte, por haberse arrogado el honor de Dios, y murió roído de gusanos.


¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el maestro? ¿Dónde el estudioso de este mundo? ¡Dios ha convertido en tontería la sabiduría del mundo!


¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde, muerte, tu aguijón venenoso?


Te olvidaste de la roca / que te engendró, / ya no te acuerdas del Dios que te dio a luz.


no te olvides del Señor que te sacó de Egipto, de la casa de la esclavitud.


Guárdate bien de olvidarte del Señor, tu Dios, descuidando sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, que yo te prescribo hoy.


Y si ellos hubiesen pensado en aquella de la que habían salido, hubiesen tenido oportunidad para volver a ella.


Pero la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta, que con sus prodigios ante la otra bestia había seducido a los que llevaban la marca de la bestia y habían adorado su estatua. Y fueron arrojadas vivas las dos a un estanque de fuego, de azufre ardiente.


Subieron a la superficie de la tierra, y rodearon el campamento de los santos, la ciudad amada; pero cayó fuego del cielo y los devoró.


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