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2 Reyes 20:3 - Biblia Martin Nieto

'¡Ay, Señor! Acuérdate de que me he conducido en tu servicio con fidelidad y de todo corazón, y he hecho lo que es justo a tus ojos'. Y Ezequías rompió a llorar amargamente.

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Biblia Reina Valera 1960

Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«Acuérdate, oh Señor, que siempre te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo que te agrada»; y el rey se echó a llorar amargamente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Oh Yavé, te lo suplico, acuérdate como he caminado delante de ti con sinceridad y con un corazón fiel! He hecho lo que es justo a tus ojos. Y Ezequías lloró y lloró mucho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Te ruego, oh YHVH, te ruego que recuerdes que he andado delante de ti con verdad y con un corazón íntegro, y que he hecho lo bueno ante tus ojos. Y Ezequías lloraba amargamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'¡Oh Yahveh! Acuérdate de que yo he andado en tu presencia con fidelidad e integridad de corazón, haciendo lo que es recto a tus ojos'. Y Ezequías rompió en un gran llanto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con corazón perfecto, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.

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2 Reyes 20:3
47 Tagairtí Cros  

Abrán tenía noventa y nueve años cuando se le apareció el Señor y le dijo: 'Yo soy Dios todopoderoso; procede según mi voluntad y sé perfecto.


y después de haber engendrado a Matusalén, siguió los caminos de Dios trescientos años, y engendró hijos e hijas.


y siguió los caminos de Dios; después no fue visto más, porque Dios se lo llevó.


Dios se acordó de Noé y de todas las bestias y ganados que estaban con él en el arca. Hizo pasar un viento sobre la tierra, y bajaron las aguas.


En su ancianidad ellas le desviaron el corazón hacia dioses extranjeros, de modo que su corazón no fue enteramente del Señor como lo fue el corazón de su padre David.


En cambio, no se quitaron las colinas, aunque Asá fue siempre fiel al Señor.


para que el Señor cumpla la promesa que me hizo: Si tus hijos cumplen con su deber, andando en mi presencia fielmente con todo su corazón y toda su alma, no te faltará jamás alguien que se siente sobre el trono de Israel.


Salomón respondió: 'Tú trataste con gran bondad a mi padre, David, porque él se portó contigo con fidelidad, justicia y rectitud de corazón; y le has perpetuado esa gran bondad dándole un hijo que se siente sobre su trono, como hoy sucede.


dijo: 'Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni arriba en los cielos, ni abajo en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón.


Vuestro corazón sea todo para el Señor, Dios nuestro, caminando según sus preceptos y guardando sus mandamientos, como hoy lo hacéis'.


En cuanto a ti, si andas en mi presencia, como anduvo tu padre David, con pureza y rectitud de corazón; si cumples todo lo que yo te mande y si guardas mis leyes y mandamientos,


Entonces Ezequías se volvió contra la pared y oró al Señor así:


Aún no había salido Isaías del patio central, cuando el Señor le dijo:


Pues los ojos del Señor recorren toda la tierra para sostener a cuantos le sirven de todo corazón. Tú has obrado como un insensato, por lo cual a partir de ahora vivirás en guerra'.


¡Acuérdate de mí por esto, oh Dios mío, y no olvides las obras buenas que hice por el templo de mi Dios y por su servicio!


Ordené también a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para que se santificara el sábado. ¡También por esto, acuérdate de mí, oh Dios mío, y ten piedad de mí conforme a tu gran misericordia!


la ofrenda de la leña en sus plazos señalados y la de las primicias. ¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, para mi bien!


¡Acuérdate, oh Dios mío, para mi bien, de todo lo que he hecho por este pueblo!


Había en el país de Hus un hombre llamado Job, hombre perfecto, íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal.


Y el Señor dijo a Satán: '¿Has reparado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, hombre recto, íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal'.


Mi lamento es mi abogado cuando ante Dios lágrimas vierten mis ojos.


¿No te daba confianza tu piedad? ¿No era tu esperanza la perfección de tu conducta?


Mis enemigos me ultrajan sin cesar, me maldicen enfurecidos contra mí.


Te he contado mis andanzas y tú me has escuchado: enséñame tus decretos;


Recuerda la palabra que me diste, en la que hiciste que pusiera mi esperanza;


el Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad.


olvídate de los pecados de mi juventud y de mis faltas; acuérdate de mí, Señor, con misericordia y con bondad.


tengo siempre tu lealtad ante mis ojos y camino siempre en tu verdad.


dichoso aquel a quien el Señor no le tiene en cuenta su delito y no tiene dobles intenciones.


Escucha, Señor, mi grito suplicante; presta oído a mis llantos y no te hagas el sordo, pues yo soy un invitado tuyo; un huésped, como todos mis padres.


que entre los muertos no hay recuerdo de ti, en el abismo, ¿quién te puede alabar?


Estoy ya consumido de tanto sufrimiento; cada noche empapo yo mi almohada, inundo de lágrimas mi lecho.


¿Hasta cuándo, Señor? ¿Te ocultarás por siempre?, ¿arderá siempre tu ira como el fuego?


¿Dónde están, Señor, tus primeros amores, los que juraste a David en tu lealtad?


Pío como la golondrina, gimo como la paloma. Se consumen mis ojos de mirar a lo alto. Señor, en angustia estoy; sé tú mi valedor.


Ellos se acordaron de los días de antaño, de su siervo Moisés. ¿Dónde está aquel que sacó del mar al pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso dentro de él su santo espíritu?;


Si juras por la vida del Señor con verdad, rectitud y justicia, las naciones se congratularán con él, y en él se gloriarán.


Esto dice el Señor a la casa de Israel: Buscadme y viviréis.


Ambos eran justos ante Dios, pues guardaban irreprochablemente todos los mandamientos y preceptos del Señor.


Jesús vio a Natanael, que se le acercaba, y dijo de él: 'Éste es un israelita auténtico, en el que no hay engaño'.


Nos sentimos orgullosos de que nuestra conciencia nos asegure que nos hemos comportado con todo el mundo, y especialmente con vosotros, con la sencillez y la sinceridad que Dios da, y no por la sabiduría humana, sino por la gracia de Dios.


Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia;