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1 Reyes 8:23 - Biblia Martin Nieto

23 dijo: 'Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni arriba en los cielos, ni abajo en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón.

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Biblia Reina Valera 1960

23 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 y oró: «Oh Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 y dijo: '¡Yavé, Dios de Israel! Ningún dios arriba en los cielos, abajo en la tierra es semejante a ti, porque tú respetas tu Alianza y tu fidelidad para con tus servidores cuando caminan delante de ti con todo su corazón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 dijo: ¡Oh YHVH, Dios de Israel! No hay ’Elohim como Tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra. Tú guardas el pacto y la misericordia para con tus siervos que andan delante de ti con todo su corazón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 exclamó: '¡Yahveh, Dios de Israel! No hay Dios semejante a ti, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú, que guardas la alianza y la benignidad para con aquellos siervos tuyos que de todo corazón andan en tu presencia;

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1 Reyes 8:23
27 Tagairtí Cros  

Abrán tenía noventa y nueve años cuando se le apareció el Señor y le dijo: 'Yo soy Dios todopoderoso; procede según mi voluntad y sé perfecto.


y levantó allí un altar que llamó 'Él', Dios de Israel.


Eres grande, Señor; no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, como hemos oído.


para que el Señor cumpla la promesa que me hizo: Si tus hijos cumplen con su deber, andando en mi presencia fielmente con todo su corazón y toda su alma, no te faltará jamás alguien que se siente sobre el trono de Israel.


Salomón respondió: 'Tú trataste con gran bondad a mi padre, David, porque él se portó contigo con fidelidad, justicia y rectitud de corazón; y le has perpetuado esa gran bondad dándole un hijo que se siente sobre su trono, como hoy sucede.


'Por este templo que estás construyendo te prometo que, si caminas según mis leyes, pones en práctica mis mandamientos y cumples todos mis preceptos, cumpliré contigo la promesa que hice a tu padre, David.


Tú has cumplido la promesa que hiciste a tu siervo David, mi padre; tus manos han realizado lo que tus labios habían prometido, como hoy se ve.


'¡Ay, Señor! Acuérdate de que me he conducido en tu servicio con fidelidad y de todo corazón, y he hecho lo que es justo a tus ojos'. Y Ezequías rompió a llorar amargamente.


El que de vosotros pertenezca a su pueblo, que su Dios lo ayude y que vaya a Jerusalén, en Judá, a construir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que está en Jerusalén.


Y exclamé: '¡Ah Señor, Dios del cielo, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y la fidelidad con los que te aman y observan tus mandamientos!


Y ahora, oh Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que guardas la alianza y la misericordia, no tengas en poco todas las desgracias que han caído sobre nosotros, sobre nuestros reyes, nuestros jefes, nuestros sacerdotes, nuestros profetas, nuestros padres y todo tu pueblo, desde la época de los reyes de Asiria hasta el presente.


¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que se sienta en lo alto,


todo mi ser dirá: 'Señor, no hay nadie como tú, que libras al pobre y al indigente de sus explotadores'.


Entre los dioses, Señor, no hay nadie como tú ni hay obras semejantes a las tuyas.


¿Quién igual a ti, Señor, entre los dioses? ¿Quién igual a ti, sublime en sabiduría, tremendo en gloria, autor de maravillas?


Y continuó: 'Dirás así a los israelitas: El Señor, Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Éste es mi nombre para siempre, éste mi recuerdo por todos los siglos'.


¿Con quién se puede comparar a Dios, dónde encontraréis su semejante?


¿Con quién, pues, me vais a comparar? ¿Quién hay como yo?, dice el Santo.


No es así la porción de Jacob, porque él ha formado el universo y la tribu de su heredad es Israel; su nombre es Señor omnipotente.


Nadie hay semejante a ti, Señor; tú eres grande, y grande es tu nombre poderoso.


Rogué al Señor, mi Dios, e hice esta confesión: '¡Señor, Dios grande y terrible, que mantienes el pacto y la fidelidad a quienes te aman y guardan tus mandamientos!


mostrándose compasivo con nuestros padres, / recordando su santa alianza /


Por haber escuchado estos mandamientos, haberlos guardado y puesto en práctica, el Señor, tu Dios, mantendrá contigo la alianza y la misericordia que juró a tus padres.


Reconoce, por tanto, que el Señor, tu Dios, es el verdadero Dios, el Dios fiel, que guarda la alianza y la misericordia hasta mil generaciones a los que lo aman y cumplen sus mandamientos,


Nadie como el Señor es santo -fuera de ti no hay otros-, no hay roca como nuestro Dios.


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