Salmos 32 - Biblia Martin Nieto1 Maskil de David 2 dichoso aquel a quien el Señor no le tiene en cuenta su delito y no tiene dobles intenciones. 3 Mientras yo no confesaba, mi cuerpo se agotaba de gemir todo el día; 4 de día y de noche tu mano pesaba sobre mí, mi savia se secaba al ardor del verano. 5 Te he confesado mi pecado y no oculté mi falta; yo dije: 'Confesaré mis faltas al Señor', y tú me has absuelto de todos mis delitos. 6 Por eso los fieles te suplican el día de la desgracia, y así, aunque las aguas se desborden, no los alcanzarán. 7 Tú eres mi refugio, me guardas de la angustia, me rodeas con cantos de victoria. 8 Yo quiero enseñarte, indicarte el camino que tienes que seguir, quiero darte un consejo, quiero mirar por ti. 9 No seas como el mulo o el caballo, seres irracionales a los que hay que domar con las bridas y el freno; de lo contrario, no se acercan a ti. 10 Muchas desgracias esperan al malvado, el Señor rodea de favores al que en él ha confiado. 11 Alegraos en el Señor, justos, regocijaos, gritad de alegría todos los corazones rectos. |
Evaristo Martín Nieto©