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Salmos 32:3 - Biblia Martin Nieto

3 Mientras yo no confesaba, mi cuerpo se agotaba de gemir todo el día;

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Biblia Reina Valera 1960

3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Hasta que no lo confesaba, se consumían mis huesos, gimiendo todo el día.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Mientras callé, se consumieron mis huesos, En mi gemir todo el día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Mientras quise callar, mis huesos se gastaban en llanto todo el día;

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Salmos 32:3
26 Tagairtí Cros  

Una vez terminado el luto, David mandó a buscarla, la llevó a su casa y la tomó por mujer. Ella dio a luz un hijo. Pero esto que hizo David desagradó al Señor.


Sí, ante mi comida rompo en llanto; como el agua se derraman mis lamentos,


De noche perfora el mal mis huesos, no descansan las llagas que me roen.


Mi piel ennegrecida se me salta, mis huesos queman por la fiebre.


Al maestro de coro. Según la 'cierva de la aurora'. Salmo de David


pues tus flechas se han clavado en mí, ha caído sobre mí tu mano;


las espaldas me arden, no hay en mi cuerpo nada sano;


Tú quieres la verdad en el centro del alma y en el centro del corazón me enseñas la sabiduría.


Señor, no me castigues cuando estés airado, no me reprendas cuando estés enfurecido;


Corazón alegre, excelente remedio; un espíritu abatido seca los huesos.


El que oculta sus faltas no prosperará, el que las reconoce y las abandona obtendrá misericordia.


Tus hijos yacen extenuados por todas las esquinas de las calles, como una gacela en la red, llenos de la furia del Señor, de las amenazas de tu Dios.


Por su grave perversidad me he irritado; lo herí y me oculté en mi enojo. Él se iba rebelde, por el camino de su corazón.


Gruñimos todos como osos, gemimos como palomas, esperamos el derecho, pero ¡nada!; la justicia, y sigue lejos de nosotros.


Judá está desterrada en la miseria y en dura esclavitud; habita en medio de las gentes y no encuentra descanso; la acosan todos sus perseguidores entre las angosturas.


Ha consumido mi carne y mi piel y ha roto mis huesos.


Aunque grito e imploro, rechaza mi plegaria.


Y no claman a mí en su corazón cuando se lamentan en sus camas; se preocupan del trigo y del vino y se rebelan contra mí.


Después sepultaron sus restos bajo el terebinto de Yabés y ayunaron durante siete días.


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