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Salmos 32:7 - Biblia Martin Nieto

7 Tú eres mi refugio, me guardas de la angustia, me rodeas con cantos de victoria.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Selah

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Pues tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de victoria. Interludio

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Tú eres un refugio para mí, me guardas en la prueba, y me envuelves con tu salvación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Tú eres mi refugio, me guardarás de la angustia, Me rodearás con cánticos de liberación. Selah

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Tú eres mi refugio: me libras del pesar y me ciñes del gozo del rescate. Selah

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Salmos 32:7
18 Tagairtí Cros  

David dirigió al Señor este cántico, cuando le libró de todos sus enemigos y de Saúl:


tú eres mi protector y mi escudo, yo espero en tu palabra;


líbrame, Señor, de mis enemigos, pues me cobijo en ti;


Las olas de la muerte me envolvían, los torrentes del averno me espantaban,


Él me dará cobijo el día de la desgracia, me esconderá en lo oculto de su tienda, me subirá a lo alto de la roca;


Qué grande es tu bondad, Señor, la que tú reservas para tus leales y repartes, a la vista de todos, a los que en ti confían;


Muchas desgracias esperan al malvado, el Señor rodea de favores al que en él ha confiado.


me sacó de la fosa mortal, del fango cenagoso; puso mis pies sobre la roca, aseguró mis pasos;


Que se alegren en cambio los que en ti confían, que siempre estén alegres, porque tú los proteges; que se gocen en ti los que aman tu nombre.


juzga al mundo con justicia, dicta sentencia a las naciones.


Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente,


Luego el rey ordenó al príncipe Yeragmeel, a Serayas, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, prender a Baruc, el secretario, y a Jeremías, el profeta. Pero el Señor los había escondido.


Vosotros habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.


Gritaban con voz potente: La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del cordero.


En aquel día Débora y Barac, hijo de Abinoán, cantaron así:


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