dijo: 'Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni arriba en los cielos, ni abajo en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón.
2 Crónicas 20:6 - Biblia Martin Nieto oró así: 'Señor, Dios de nuestros padres, tú eres el Dios de los cielos, tú gobiernas los reinos de la tierra, tú tienes en tu mano la fuerza y el poder; nadie puede resistirte. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista? Biblia Nueva Traducción Viviente y oró diciendo: «Oh Señor, Dios de nuestros antepasados, solo tú eres el Dios que está en el cielo. Tú eres el gobernante de todos los reinos de la tierra. Tú eres fuerte y poderoso. ¡Nadie puede hacerte frente! Biblia Católica (Latinoamericana) Dijo: 'Yavé, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en el cielo y no dominas tú en todos los reinos de las naciones? En tu mano está el poder y la fortaleza sin que nadie pueda resistirte. La Biblia Textual 3a Edicion y dijo: Oh YHVH, Dios de nuestros padres, ¿no eres sólo Tú el Dios de los cielos? ¿No eres Tú quien gobierna todos los reinos de las naciones? En tu mano hay fuerza y poder, y no hay quien pueda resistirte. Biblia Serafín de Ausejo 1975 dijo: 'Yahveh, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú el Dios que está en el cielo y no dominas tú sobre todos los reinos de las naciones? ¿No están en tus manos la fuerza y el poder, sin que nadie pueda resistirte? Biblia Reina Valera Gómez (2023) y dijo: Oh Jehová, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en el cielo, y señoreas sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista? |
dijo: 'Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni arriba en los cielos, ni abajo en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón.
Escucha la plegaria que tu siervo y tu pueblo Israel te hagan en este lugar; escúchala desde tu morada en los cielos; escúchalos y perdona.
Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel, nuestros padres, conserva para siempre en tu pueblo estos sentimientos y disposiciones y orienta sus corazones hacia ti.
Josafat, en medio de la asamblea de Judá y Jerusalén, en el templo del Señor, y de pie delante del atrio nuevo,
Si van contigo, aunque tú des en el combate pruebas de fuerza, Dios te hará caer ante tus enemigos, porque en Dios está el poder de sostener y derribar'.
de modo que los sacerdotes no pudieron continuar su servicio a causa de la nube, pues la gloria del Señor había llenado el templo de Dios.
'Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti ni en el cielo ni en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón.
Sabio de mente y robusto de fuerza, ¿quién puede resistirle impunemente?
Dejad las armas, reconoced que yo soy Dios, por encima de las naciones, por encima de la tierra.
No esperéis nada de la violencia, no os hagáis ilusión con la rapiña; si llegáis a ser ricos, no pongáis vuestro corazón en las riquezas.
Y añadió: 'Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'. Moisés se tapó la cara, porque temía ver a Dios.
El Señor omnipotente ha decidido: ¿quién lo puede invalidar? Su mano está extendida: ¿quién la puede apartar?
Esto dice el Señor: El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies. ¿Qué casa podríais construirme, y qué lugar para reposo mío?
Como un león que sube de la espesura del Jordán a un pasto de perenne verdor, así, en un instante, los haré salir de allí y estableceré a mi elegido. Pues, ¿quién hay como yo? ¿Quién me podrá desafiar? ¿Quién es el pastor que me pueda hacer frente?
El árbol visto por ti, que se hizo grande y robusto, tan alto que llegaba hasta el cielo y era visible en toda la tierra,
'Vosotros rezad así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,
Pues si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios?'.
Tú me podrás decir: Entonces, ¿por qué culpa a nadie? Porque nadie puede resistir a su voluntad.
Reconócelo y medítalo en tu corazón: el Señor es Dios allá arriba en los cielos y aquí abajo en la tierra; es él, y no hay otro.
Al oírlo nos hemos descorazonado ante vosotros, porque el Señor, vuestro Dios, es Dios tanto arriba en los cielos como abajo en la tierra.