Jueces 4:3 - Nueva Biblia Española (1975) Los israelitas gritaron al Señor, porque Sisara tenía novecientos carros de hierro y llevaba ya veinte años tiranizándolos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquel tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años. Biblia Nueva Traducción Viviente Sísara, quien tenía novecientos carros de guerra hechos de hierro, oprimió a los israelitas sin piedad durante veinte años, hasta que el pueblo de Israel clamó al Señor por ayuda. Biblia Católica (Latinoamericana) Los israelitas clamaron a Yavé, porque Yabín tenía novecientos carros de hierro y oprimía duramente a los israelitas hacía veinte años. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces los hijos de Israel clamaron a YHVH, porque aquél tenía novecientos carros de hierro, y durante veinte años había oprimido con crueldad a los hijos de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los israelitas clamaron a Yahveh, pues Yabín tenía novecientos carros de hierro y había ejercido una dura opresión sobre los israelitas durante veinte años. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados; y había afligido en gran manera a los hijos de Israel por veinte años. |
y cuando los hacía morir, lo buscaban, y madrugaban para volverse hacia Dios;
Pasaron muchos años, murió el rey de Egipto, y los israelitas se quejaban de la esclavitud y clamaron. Los gritos de auxilio de los esclavos llegaron a Dios.
andarás a tientas a mediodía, como a tientas anda un ciego en su tiniebla. Fracasarás en todos tus caminos, te explotarán y te robarán mientras vivas, y no habrá quien te salve.
Un pueblo desconocido se comerá el fruto de tu suelo, tus fatigas; te verás solo, explotado y aplastado mientras vivas,
Los de José replicaron: No nos basta la sierra. Por otra parte, los cananeos que viven en el valle (los del municipio de Beisán y los del valle de Yezrael) tienen carros de hierro.
no logró expulsar a los habitantes del valle, porque tenían carros de hierro, pero el Señor estaba con Judá, y conquistó la montaña.
Entonces los israelitas gritaron al Señor: ¡Hemos pecado contra ti! Hemos abandonado al Señor, nuestro Dios, para dar culto a los baales.
Entonces quitaron de en medio los dioses extranjeros y dieron culto al Señor, que cesó en su cólera ante los sufrimientos de Israel.
Pero gritaron al Señor, y el Señor hizo surgir un salvador: Ehud, hijo de Guerá, benjaminita, impedido de la mano derecha; por su mano enviaron los israelitas tributo a Eglón, rey de Moab.
Pero gritaron al Señor, y el Señor hizo surgir un salvador que los salvara: Otoniel, hijo de Quenaz, pariente de Caleb, más joven que él.
movilizó sus carros -novecientos carros de hierro- y toda su infantería, y avanzó desde Jaróset hasta el torrente Quisón.
Débora, profetisa, casada con Lapidot, gobernaba por entonces a Israel.
Se había escogido dioses nuevos: ya la guerra llegaba a las puertas; ni un escudo ni una lanza se veían entre cuarenta mil israelitas.
y dijeron a Samuel: No calles, grita por nosotros al Señor, nuestro Dios, para que nos salve del poder filisteo.