Entretanto, Rubén volvió al aljibe, y al ver que José no estaba allí, se rasgó las vestiduras;
Joel 2:13 - Nueva Biblia Española (1975) Rasguen los corazones y no los vestidos; conviértanse al Señor, su Dios, que es compasivo y clemente, paciente y misericordioso, y se arrepiente de las amenazas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. Biblia Nueva Traducción Viviente No se desgarren la ropa en su dolor sino desgarren sus corazones». Regresen al Señor su Dios, porque él es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y lleno de amor inagotable. Está deseoso de desistir y no de castigar. Biblia Católica (Latinoamericana) Rasguen su corazón, y no sus vestidos, y vuelvan a Yavé su Dios, porque él es bondadoso y compasivo; le cuesta enojarse, y grande es su misericordia; envía la desgracia, pero luego perdona. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Rasgad vuestro corazón, Y no vuestros vestidos! ¡Volveos a YHVH vuestro Dios, Que es clemente y compasivo, Lento para la ira y grande en misericordia, Y se conduele de la desgracia! Biblia Serafín de Ausejo 1975 rasgad vuestros corazones y no vuestros vestidos, y convertíos a Yahveh, vuestro Dios, porque él es clemente y misericordioso, tardo a la cólera, rico en piedad, y se arrepiente del daño que causa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Rasgad vuestro corazón, y no vuestras vestiduras; y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque Él es misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia, y se arrepiente de castigar el mal. |
Entretanto, Rubén volvió al aljibe, y al ver que José no estaba allí, se rasgó las vestiduras;
Jacob rasgó su manto, se ciñó un sayal e hizo luto por su hijo muchos días.
Entonces David agarró sus vestiduras y las rasgó, y sus acompañantes hicieron lo mismo.
En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
y cuando el rey oyó él contenido del Libro de la Ley, se rasgó las vestiduras
'Puesto que al oír, la lectura lo has sentido de corazón y te has humillado ante el Señor, al oír mi amenaza contra este lugar y sus habitantes, que serán objeto de espanto y de maldición; puesto que te has rasgado las vestiduras y llorado en mi presencia, también yo te escucho -oráculo del Señor- .
Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó las, vestiduras, exclamando: ¿Soy yo un dios capaz de dar muerte o vida, para que éste me encargue dé librar a un hombre de su enfermedad? Fíjense bien y verán cómo está buscando un pretexto contra mí.
Cuando el rey oyó lo que decía la mujer, se rasgó las vestiduras (pasaba por la muralla y la gente vio que llevaba un sayal pegado al cuerpo),
Cuando, por haber pecado contra ti, se cierre el cielo y no haya lluvia, si rezan en este lugar, te confiesan su pecado y se arrepienten cuando tú los afliges,
No quisieron oír ni recordar los prodigios que hiciste en su favor. Tercamente se empeñaron en volver a la esclavitud de Egipto. Pero tú, Dios del perdón, clemente y compasivo, paciente y misericordioso, no los abandonaste,
Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra
Sacrificio para Dios es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios, no lo desprecias.
Pero tú, Señor, Dios compasivo y piadoso, paciente, misericordioso y fiel,
porque tú eres bueno y perdonas, eres misericordioso con los que te invocan.
porque así dice el Alto y Excelso, Morador eterno, cuyo nombre es Santo: Yo moro en la altura sagrada, pero estoy con los de ánimo humilde y quebrantado, para reanimar a los humildes, para reanimar el corazón quebrantado.
¿Es ése el ayuno que el Señor desea, el día en que el hombre se mortifica? Mover la cabeza como un junco, acostarse sobre estera y ceniza, ¿a eso lo llaman ayuno, día agradable al Señor?
Todo esto lo hicieron mis manos, y existió todo esto -oráculo del Señor- . Pero en ése pondré mis ojos: en el humilde y en el abatido que se estremece ante mis palabras.
A ver si presentan sus súplicas al Señor y se convierte cada cual de su mala conducta, porque es grande la ira y la cólera con que el Señor amenaza a este pueblo.
venían unos hombres de Siquén, de Silo y de Samaria, unos ochenta en total, con las barbas rapadas, con las vestiduras rasgadas y con incisiones, trayendo ofrendas e incienso para ofrecer en el templo.
Si se quedan a vivir en esta tierra, los construiré y no los destruiré, los plantaré y no los arrancaré; porque me pesa del mal que les he hecho.
y le dijo el Señor: Recorre la ciudad, atraviesa Jerusalén y marca en la frente a los que se lamentan afligidos por las abominaciones que en ella se cometen.
A ver si Dios se arrepiente, cesa el incendio de su ira y no perecemos.
rezó al Señor en estos términos: ¡Ah Señor, ya me lo decía yo cuando estaba en mi tierra! Por algo me adelanté a huir a Tarsis; porque sé que eres 'un Dios compasivo y clemente, paciente y misericordioso', que te arrepientes de las amenazas.
¿Qué Dios como tú perdona el pecado y absuelve la culpa al resto de su heredad? No mantendrá siempre la ira, pues ama la misericordia;
Camina en el huracán y la tormenta, las nubes son el polvo de sus pasos.
Señor, paciente y misericordioso, que perdonas la culpa y el delito, pero no dejas impune; que castigas la culpa de los padres en los hijos, nietos y bisnietos,
¿O es que no das importancia a su inagotable benignidad, a su tolerancia y a su paciencia, sin darte cuenta de que la benignidad de Dios te está empujando a la enmienda?
De ellos éramos también nosotros, pues todos vivíamos antes sujetos a los bajos deseos, obedeciendo a los caprichos del instinto y de la imaginación, y, naturalmente, estábamos destinados a la reprobación como los demás. Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor que nos tuvo,
El ejercicio corporal es útil por poco tiempo; en cambio, la piedad es útil para siempre, pues tiene una promesa para esta vida y para la futura.