Salmos 103 - Nueva Biblia Española (1975)1 Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi interior a su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. 3 El perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; 4 él rescata tu vida de la fosa y te rodea con su misericordia y su cariño; 5 él sacia de bienes tus anhelos y como la de un águila se renueva tu juventud. 6 El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; 7 enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los israelitas. 8 El Señor es compasivo y clemente, paciente y misericordioso; 9 no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo. 10 No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas; 11 como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; 12 como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos; 13 como un padre siente cariño por sus hijos, siente el Señor cariño por sus fieles; 14 porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro. 15 Los días del hombre duran lo que la hierba, 16 florecen como flor del campo, que el viento la roza y ya no existe; el terreno no volverá a verla. 17 Pero la misericordia del Señor con sus fieles dura siempre, su justicia pasa de hijos a nietos, 18 para los que guardan la alianza y recitan y cumplen sus mandatos. 19 El Señor puso en el cielo su trono, su soberanía gobierna el universo. 20 Bendigan al Señor, ángeles suyos, poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a cumplir su palabra. 21 Bendigan al Señor, ejércitos suyos, servidores que cumplen sus deseos. 22 Bendigan al Señor, todas sus obras, en todo lugar de su imperio. ¡Bendice, alma mía, al Señor! |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.