David añadió a toda la comunidad: Bendigan al Señor, su Dios. Toda la comunidad bendijo al Señor, Dios de sus padres, y postrándose rindieron homenaje al Señor y al rey.
Apocalipsis 4:10 - Nueva Biblia Española (1975) los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, para rendir homenaje al que vive por los siglos de los siglos, y arrojan sus coronas ante el trono diciendo: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Biblia Nueva Traducción Viviente los veinticuatro ancianos se postran y adoran al que está sentado en el trono (el que vive por siempre y para siempre), y ponen sus coronas delante del trono, diciendo: Biblia Católica (Latinoamericana) los veinticuatro ancianos se arrodillan ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas delante del trono diciendo: La Biblia Textual 3a Edicion los veinticuatro ancianos se postrarán delante del que está sentado en el trono, y adorarán al que vive por los siglos de los siglos, y colocarán° sus coronas delante del trono, diciendo: Biblia Serafín de Ausejo 1975 caerán los veinticuatro ancianos ante el que está sentado en el trono, adorarán al que vive por los siglos de los siglos y arrojarán sus coronas ante el trono, diciendo: Biblia Reina Valera Gómez (2023) los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive para siempre jamás, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: |
David añadió a toda la comunidad: Bendigan al Señor, su Dios. Toda la comunidad bendijo al Señor, Dios de sus padres, y postrándose rindieron homenaje al Señor y al rey.
y los sacerdotes no podían entrar en él porque la gloria del Señor llenaba el templo.
Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra
No a la nuestra, Señor, no a la nuestra, hazle honor a tu fama, por tu lealtad, por tu fidelidad.
que se postren ante él todos los reyes y que todos los pueblos le sirvan;
Entren, inclinados rindamos homenaje, bendiciendo al Señor, Creador nuestro. a dudoso.
El año de la muerte del rey Ozías vi. al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.
El hombre vestido de lino, que se cernía sobre el agua del río, alzó ambas manos al cielo y le oí jurar por el que vive eternamente. Un año y dos años y medio. Cuando acabe la opresión del pueblo santo, se cumplirá todo esto.
Pasado el tiempo, yo, Nabucodonosor, alcé los ojos al cielo, recobré la razón, bendije al Altísimo, alabé al que vive siempre: 'Su reino es eterno, su imperio dura de edad en edad;
Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas le rindieron homenaje; luego abrieron sus cofres y como regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra.
Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén llenos de alegría.
Sin embargo, por favor de Dios soy lo que soy y ese favor suyo no ha sido en vano; al contrario: he rendido más que todos ellos, no yo, es verdad, sino el favor de Dios que me acompaña.
Levanto la mano al cielo y juro: 'Tan verdad como que vivo eternamente,
y juró por el que vive por los siglos de los siglos, por el que creó el cielo y cuanto contiene, la tierra y cuanto contiene, el mar y cuanto contiene: 'Se ha terminado el plazo;
Los veinticuatro ancianos que están sentados delante de Dios cayeron rostro en tierra rindiendo homenaje a Dios,
¿Quién no te respetará?, ¿Quién no dará gloria a tu nombre, si sólo tú eres santo? Todas las naciones vendrán a postrarse ante ti, porque tus justas sentencias se han promulgado.
Uno de los cuatro vivientes repartió a los siete ángeles siete copas de oro llenas hasta el borde del furor de Dios, que vive por los siglos de los siglos.
Se postraron los veinticuatro ancianos y los cuatro vivientes rindiendo homenaje a Dios, que está sentado en el trono, y diciendo: Amén, Aleluya.
Al momento me arrebató el Espíritu. Había un trono en el cielo y alguien sentado en el trono.
En círculo, alrededor del trono, había otros veinticuatro tronos, y sentados en ellos veinticuatro ancianos con capas blancas y coronas de oro en la cabeza.
Y cada vez que los cuatro vivientes gritan: ¡Gloria y honor y gracias al que está sentado en el trono, que vive por los siglos de los siglos!,
Los cuatro vivientes decían: 'Amén', y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.
Cuando él recibió el rollo, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenía cada uno una cítara y copas de oro, que son las oraciones de los consagrados, llenos de aromas;
Todos los ángeles que estaban de pie rodeando el trono, los ancianos y los cuatro vivientes, cayeron rostro en tierra ante el trono y rindieron homenaje a Dios,