Apocalipsis 5 - Nueva Biblia Española (1975)1 En la mano derecha del que está sentado en el trono vi un rollo escrito por las dos caras y sellado con siete sellos. 2 Vi también un ángel vigoroso que proclamaba con voz potente: '¿Quién es capaz de soltar los sellos y abrir el rollo?'. 3 Pero nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni bajo la tierra, podía abrir el rollo y ni siquiera examinarlo. 4 Lloraba yo mucho porque no había nadie que fuera capaz de abrir el rollo ni de examinarlo siquiera. 5 Entonces uno de los ancianos me dijo: 'No llores, ha vencido el león de la tribu de Judá, el retoño de David; él abrirá el rollo y sus siete sellos'. 6 Entonces, entre el trono con los cuatro vivientes y el círculo de los ancianos vi un Cordero: estaba de pie, aunque parecía degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a la tierra entera. 7 Se acercó el Cordero y recibió el rollo de la mano derecha del que está sentado en el trono. 8 Cuando él recibió el rollo, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenía cada uno una cítara y copas de oro, que son las oraciones de los consagrados, llenos de aromas; 9 cantaban un cántico nuevo: Tú mereces recibir el rollo y soltar sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre adquiriste para Dios hombres de toda raza y lengua, pueblo y nación; 10 hiciste de ellos linaje real y sacerdotes para nuestro Dios, y serán reyes en la tierra. 11 En la visión oí la voz de multitud de ángeles que rodeaban el trono, a los vivientes y a los ancianos; eran miles de miles, millares de millares, 12 y aclamaban: ¡El Cordero que está degollado merece todo poderío y riqueza, saber y fuerza, honor, gloria y alabanza! 13 Oí entonces que todas las criaturas del cielo, de la tierra, de bajo la tierra y del mar, todo lo que hay en ellos, respondían: ¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos! 14 Los cuatro vivientes decían: 'Amén', y los ancianos se postraron rindiendo homenaje. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.