Gracias doy a mi Dios, haciendo siempre mención de vosotros
en toda oración mía por todos vosotros, haciendo con gozo la oración
Por eso yo también, al oír vuestra fe en el Señor Jesús y el amor para con todos los santos,
no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones,
Gracias damos a Dios siempre por todos vosotros, haciendo mención de vosotros en nuestras oraciones,
no volviendo mal por mal o injuria por injuria, sino al contrario bendiciendo, sabiendo que a esto fuisteis llamados para que heredéis bendición,
El Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz, en el creer, para que abundéis en la esperanza con fuerza de espíritu santo.
Ninguna palabra mala salga de vuestra boca sino alguna buena para edificación de la necesidad, para que dé gracia a los oyentes,
No os olvidéis de la beneficencia y de la contribución, porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os acusan falsamente y persiguen.
Por tanto, pues, como tenemos oportunidad, hagamos el bien a todos, sobre todo a los domésticos de la fe.
Dios, pues, puede hacer abundar en vosotros toda gracia, para que teniendo en todo siempre todo lo necesario abundéis para toda obra buena,
Por eso exhortaos los unos a los otros, y edifícaos el uno al otro como también lo hacéis.
En todo os demostré que así trabajando es menester sostener a los flacos, y acordarse de las palabras del Señor Jesús, porque él dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
Y si uno diere de beber a uno de estos pequeños un vaso solo de agua fría, a nombre de discípulo, de cierto os digo que no perderá su galardón.
vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, bondad, humildad, mansedumbre, longanimidad,
sobrellevándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente si uno contra otro tiene queja, como también el Señor os perdonó así también vosotros,
Mas el que tuviere la vida del mundo, y viere a su hermano en la necesidad, y le cerrare sus entrañas ¿cómo permanece en él el amor de Dios?
Y les responderá el Rey: De cierto os digo, que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, los más pequeños, a mí me lo hicisteis.
Les respondió: El que tiene dos túnicas parta con el que no tiene, y el que tiene alimentos haga lo mismo.
Por lo demás, hermanos, alegraos, perfeccionaos, consolaos, tened el mismo entendimiento; vivid en paz. y el Dios del amor y de la paz será con vosotros.
Sed pues imitadores de Dios como hijos queridos;
y andad en amor como también el Cristo os amó y se entregó a sí mismo por nosotros en ofrenda y sacrificio a Dios en olor de perfume (Ex. 29:18).
Todo, pues, cuanto queráis que os hagan los hombres, así también vosotros hacedlo a ellos, porque esto es la Ley y los Profetas.
y a vosotros el Señor os haga aumentar y abundar en el amor los unos para con los otros y para con todos, como también nosotros para con vosotros,
sabiendo que cada uno lo que hiciere de bueno lo cobrará del Señor, sea esclavo, sea libre.
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es engendrado de Dios, y conoce a Dios.
El que no ama no conoció a Dios, porque Dios es amor.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesu-Cristo, el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación,
que nos consuela en toda nuestra tribulación, para que podamos consolar a los que están en cualquiera tribulación por la consolación con que somos consolados nosotros mismos por Dios.
Porque vosotros a libertad fuisteis llamados, solamente no toméis la libertad por ocasión a la carne, pero por el amor servios los unos a los otros.
En efecto, no es injusto Dios para olvidarse de vuestra. obra y del amor que mostrasteis para su nombre, habiendo asistido y asistiendo a los santos.
Sed los unos con los otros buenos, compasivos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios en Cristo os perdonó.
Si un hermano o una. hermana están desnudos y careciendo del diario alimento
y que uno de vosotros les dijere: Id en paz, calentaos y hartaos, pero no les diereis las cosas necesarias al cuerpo, ¿de qué sirve?
y vendían las propiedades y las haciendas, y las repartían a todos según que uno había menester.