La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Mateo 8:29 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

De pronto le gritaron: ―¿Por qué te metes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a castigarnos antes del tiempo señalado?

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Comenzaron a gritarle: «¿Por qué te entrometes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para torturarnos antes del tiempo establecido por Dios?».

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Y se pusieron a gritar: '¡No te metas con nosotros, Hijo de Dios! ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?'

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y de súbito gritaron, diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Viniste acá antes de tiempo para atormentarnos?

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y se pusieron a gritar: '¿Qué tienes tú que ver con nosotros, Hijo de Dios? ¿Viniste antes de tiempo para atormentarnos?'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y he aquí, clamaron diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

Ver Capítulo
Otras versiones



Mateo 8:29
20 Referencias Cruzadas  

El tentador se le acercó y le propuso: ―Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.


A cierta distancia de ellos estaba alimentándose una gran cantidad de cerdos.


―¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!


Además, los espíritus malignos, al verlo, se arrodillaban ante él, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».


―¿Por qué te metes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? —gritó con fuerza—. ¡Te ruego por Dios que no me castigues!


―¡Ah! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!


Además, muchos demonios salían de las personas, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los reprendía y no los dejaba hablar porque sabían que él era el Cristo.


Cuando vio a Jesús, dio un grito y se arrojó a sus pies. Entonces dijo con fuerza: ―¿Por qué te metes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me castigues!


―Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora.


Nos seguía a Pablo y a nosotros, gritando: ―Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.


¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan de miedo.


Dios ni siquiera perdonó a los ángeles cuando pecaron. Al contrario, los arrojó al abismo, donde reina la oscuridad. Allí estarán encadenados hasta el día del juicio.


También hubo ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propio hogar. A estos, Dios los mantiene siempre encarcelados en la oscuridad, en espera del gran día del juicio.