Mateo 8:29 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

²⁹ De pronto le gritaron: ―¿Por qué te metes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a castigarnos antes del tiempo señalado?

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

²⁹ Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁹ Comenzaron a gritarle: «¿Por qué te entrometes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para torturarnos antes del tiempo establecido por Dios?».

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁹ Y se pusieron a gritar: '¡No te metas con nosotros, Hijo de Dios! ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?'

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁹ Y de súbito gritaron, diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Viniste acá antes de tiempo para atormentarnos?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁹ Y se pusieron a gritar: '¿Qué tienes tú que ver con nosotros, Hijo de Dios? ¿Viniste antes de tiempo para atormentarnos?'.

Mateo 8:29 Referencias Cruzadas

Marcos 1:24

―¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!

Lucas 4:34

―¡Ah! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!

Santiago 2:19

¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan de miedo.

Marcos 5:7

―¿Por qué te metes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? —gritó con fuerza—. ¡Te ruego por Dios que no me castigues!

Lucas 8:28

Cuando vio a Jesús, dio un grito y se arrojó a sus pies. Entonces dijo con fuerza: ―¿Por qué te metes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me castigues!

2 Pedro 2:4

Dios ni siquiera perdonó a los ángeles cuando pecaron. Al contrario, los arrojó al abismo, donde reina la oscuridad. Allí estarán encadenados hasta el día del juicio.

Mateo 4:3

El tentador se le acercó y le propuso: ―Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.

Juan 2:4

―Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora.

Lucas 4:41

Además, muchos demonios salían de las personas, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los reprendía y no los dejaba hablar porque sabían que él era el Cristo.

Judas 1:6

También hubo ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propio hogar. A estos, Dios los mantiene siempre encarcelados en la oscuridad, en espera del gran día del juicio.

Hechos 16:17

Nos seguía a Pablo y a nosotros, gritando: ―Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.

Marcos 3:11

Además, los espíritus malignos, al verlo, se arrodillaban ante él, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».

Mateo 8:30

A cierta distancia de ellos estaba alimentándose una gran cantidad de cerdos.