Mateo 14:27 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Pero Jesús les dijo en seguida: ―¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Biblia Nueva Traducción Viviente Pero Jesús les habló de inmediato: —No tengan miedo —dijo—. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí! Biblia Católica (Latinoamericana) En seguida Jesús les dijo: 'Animo, no teman, que soy yo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero enseguida° les habló, diciendo: ¡Tened ánimo, Yo soy, no temáis! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero [Jesús] les habló en seguida: '¡Ánimo! Soy yo. No tengáis miedo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! |
Pero Jesús se acercó a ellos y los tocó. ―Levántense —les dijo—. No tengan miedo.
―No tengan miedo —les dijo Jesús—. Vayan a decirles a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y allí me verán.
El ángel dijo a las mujeres: ―No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado.
Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: ―¡Ánimo, hijo; tus pecados quedan perdonados!
Estaban llenos de miedo por lo que veían. Pero él habló en seguida con ellos y les dijo: «¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo».
El ángel le dijo: ―No tengas miedo, Zacarías, pues ha sido escuchada tu oración. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan.
―No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su bendición —le dijo el ángel—.
»No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino.
Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo.
También Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón, estaban sorprendidos. ―No temas; desde ahora serás pescador de personas —le dijo Jesús a Simón.
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
A la noche siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: «¡Ánimo! Así como has hablado de mí en Jerusalén, es necesario que lo hagas también en Roma».