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Juan 16:33 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

33 Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Les he hablado de estas cosas para que tengan paz en mí. Ustedes encontrarán la persecución en el mundo. Pero, ánimo, yo he vencido al mundo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis aflicción, pero confiad, Yo he vencido al mundo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Os he dicho esto, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación; pero tened buen ánimo: yo he vencido al mundo'.

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Juan 16:33
46 Referencias Cruzadas  

Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: ―¡Ánimo, hijo; tus pecados quedan perdonados!


y gritaban: ―¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ―¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!


«Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».


El juicio de este mundo ha llegado ya. Y el príncipe de este mundo va a ser expulsado.


»No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.


La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.


Y en cuanto al juicio, porque el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado.


Allí fortalecían a los discípulos y los animaban a seguir creyendo. Les decían: «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios».


A la noche siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: «¡Ánimo! Así como has hablado de mí en Jerusalén, es necesario que lo hagas también en Roma».


Pero ahora les aconsejo cobrar ánimo, porque ninguno de ustedes perderá la vida. Solo se perderá el barco.


Así que, ¡ánimo, señores! Confío en Dios que sucederá tal y como se me dijo.


Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Cada día se hacía más fuerte, pues todos respetaban al Señor. El número de creyentes iba creciendo, y eran todos fortalecidos por el Espíritu Santo.


Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Él es un Padre amoroso que siempre nos consuela


En fin, hermanos en la fe, alégrense, traten de que su fe sea cada vez más fuerte. Hagan caso de mi consejo, traten de estar de acuerdo en todo, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.


Doy gracias a Dios, porque por medio de Cristo siempre nos da la victoria. Él hace que nuestro mensaje se vaya conociendo por todas partes como si fuera un aroma agradable.


Pero ese valioso regalo de Dios fue puesto en nuestros cuerpos, que son tan frágiles como una vasija de barro. De esa manera todos verán que ese extraordinario poder viene de Dios y no de nosotros.


Más bien, en todo y con mucha paciencia, demostramos que somos servidores de Dios. Pues con paciencia soportamos los sufrimientos, las necesidades y las dificultades.


Les tengo mucha confianza y me siento muy orgulloso de ustedes. Estoy muy contento; aun en medio de todas nuestras dificultades mi alegría es abundante.


Jesucristo dio su vida para que fuéramos perdonados por nuestros pecados. Así nos liberó de este mundo malvado. Esta fue la voluntad de nuestro Dios y Padre.


Pero yo jamás me sentiré orgulloso de otra cosa que no sea el mensaje de lo que nuestro Señor Jesucristo hizo en la cruz. Pues, gracias a él, la maldad de este mundo ya no me interesa, y yo no le intereso al mundo.


Y la paz de Dios, que nadie en este mundo alcanza a entender, cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.


y, por medio de él, Dios hizo que todas las cosas estuvieran en paz con él. Así, tanto las cosas que están en la tierra como las que están en el cielo alcanzaron la paz por medio de la muerte de Cristo en la cruz.


pues cuando estábamos con ustedes les advertimos que íbamos a sufrir. Y así sucedió.


Por eso, hermanos en la fe, en medio de todas nuestras dificultades y sufrimientos nos anima saber que ustedes siguen confiando.


Le pido al Señor que da paz que les dé su paz siempre y en toda situación en que se encuentren, y que él los acompañe siempre.


Así mismo serán perseguidos todos los que quieran vivir una vida de obediencia a Cristo Jesús.


Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar en ese tiempo los placeres del pecado.


Abraham le dio entonces la décima parte de todo. El nombre Melquisedec significa, en primer lugar, «rey de justicia». Pero también significa «rey de Salén», es decir, «rey de paz».


Resistan sus ataques, nunca dejen de confiar en Cristo. Sepan que sus hermanos en la fe en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos.


Ustedes, queridos hijos en la fe, pertenecen a Dios y han vencido a esos falsos profetas. Y lo han hecho porque el Espíritu que está en ustedes es más poderoso que el enemigo que está en el mundo.


porque todo el que es hijo de Dios vence la maldad del mundo. Todo el que confía en Cristo tiene la victoria sobre el pecado de este mundo.


Ellos lo han vencido con la sangre del Cordero y con el mensaje que anunciaron. Nunca tuvieron miedo de morir, pues estaban dispuestos a dar su vida.


Al vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono. Así como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.


―Eso usted lo sabe, mi señor —respondí. Él me dijo: ―Son los que pasaron por el gran tiempo de sufrimiento. Esta gente ha sido perdonada de sus pecados por medio del derramamiento de la sangre del Cordero.


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