Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Mateo 9:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

2 Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: ―¡Ánimo, hijo; tus pecados quedan perdonados!

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Unos hombres le llevaron a un paralítico en una camilla. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo mío! Tus pecados son perdonados».

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: '¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!'

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y he aquí le trajeron un paralítico, echado en un catre, y viendo Jesús la fe° de ellos,° dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo, tus pecados te son perdonados.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Entonces le presentaron un paralítico tendido en una camilla. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo al paralítico: '¡Ánimo, hijo! Te quedan perdonados tus pecados'.

Ver Capítulo Copiar




Mateo 9:2
32 Referencias Cruzadas  

Pero Jesús les dijo en seguida: ―¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.


Su fama se extendió por toda Siria. Por eso, le llevaban a todos los que sufrían diversas enfermedades y los que sufrían de dolores graves. También le llevaban a los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y Jesús los sanaba.


Perdona nuestras ofensas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros ofensores.


Al oír esto, Jesús se asombró y dijo a quienes lo seguían: ―Les aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe.


Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra echó fuera a los espíritus, y también sanó a todos los enfermos.


Jesús se dio vuelta, la vio y le dijo: ―¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado. Y la mujer quedó sana en aquel momento.


¿Qué es más fácil, decirle: “Tus pecados quedan perdonados”, o decirle: “Levántate y anda”?


Pues, para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.


Al atardecer, cuando ya se ponía el sol, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y endemoniados.


Jesús se detuvo y dijo: ―Llámenlo. Así que llamaron al ciego. ―¡Ánimo! —le dijeron—. ¡Levántate! Te llama.


―¡Hija, tu fe te ha sanado! —le dijo Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción.


Estaban llenos de miedo por lo que veían. Pero él habló en seguida con ellos y les dijo: «¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo».


Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.


No necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía lo más íntimo de cada persona.


―Muchachos, ¿tienen algo de comer? —les preguntó Jesús. ―No —respondieron ellos.


escuchando a Pablo. Cuando Pablo vio que el hombre tenía fe para ser sanado,


La gente incluso ponía sobre los enfermos pañuelos y delantales que Pablo había tocado, y estos sanaban. Hasta los espíritus malignos salían de ellos.


A la noche siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: «¡Ánimo! Así como has hablado de mí en Jerusalén, es necesario que lo hagas también en Roma».


Y no solo esto, gracias a nuestro Señor Jesucristo, Dios nos llena de alegría; pues ya hemos sido reconciliados.


Sin embargo, alguien dirá: «Algunos creen en Dios, y otros hacen lo que es bueno». Pero yo digo, demuéstrame que puedes creer en Dios sin hacer lo bueno. Yo, por mi parte, te demostraré que creo en Dios por medio del bien que hago.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos