Mateo 10:40 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) »Quien los recibe a ustedes me recibe a mí. Y quien me recibe a mí recibe al que me envió. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. Biblia Nueva Traducción Viviente »El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al Padre, quien me envió. Biblia Católica (Latinoamericana) El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa digna de un profeta. La Biblia Textual 3a Edicion El que os recibe, a mí me recibe,° y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quien os recibe a vosotros, a mí me recibe; y quien a mí me recibe, recibe a aquel que me envió. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que a vosotros recibe, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. |
El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el menos importante, lo hicieron por mí”.
Él les responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el menos importante de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí”.
―El que recibe en mi nombre a un niño como este me recibe a mí. Y el que me recibe a mí no solo me recibe a mí, sino al que me envió.
»El que los escucha a ustedes me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes me rechaza a mí. Y el que me rechaza a mí rechaza al que me envió».
―El que recibe en mi nombre a este niño —les dijo—, me recibe a mí. Y el que me recibe a mí recibe al que me envió. El que es menos importante entre todos ustedes, ese es el más importante.
Les aseguro que el que recibe al que yo envío me recibe a mí. Y el que me recibe a mí recibe al que me envió».
―¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
Así lo hizo para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió.
Así que somos representantes de Cristo. Como si Dios les llamara la atención a ustedes por medio de nosotros. Por eso les rogamos, en nombre de Cristo, que se reconcilien con Dios.
Y, aunque eso representó un problema para ustedes, no me rechazaron ni me trataron mal. Al contrario, me recibieron como a un ángel de Dios, como si se tratara de Cristo Jesús.
Por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre, sino a Dios, quien les da a ustedes su Espíritu Santo.
Todo el que se desvía de la enseñanza de Cristo y no la obedece se aleja de Dios. En cambio, el que la obedece se acerca más al Padre y al Hijo.