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Marcos 9:9 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre se levantara de entre los muertos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras descendían de la montaña, él les dijo que no le contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del Hombre se levantara de los muertos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando bajaban del cerro, les ordenó que no dijeran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Al bajar del monte, Jesús les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiera resucitado de entre los muertos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y mientras iban bajando del monte, les prohibió referir a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino hasta que el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos.

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Otras versiones



Marcos 9:9
15 Referencias Cruzadas  

No discutirá ni gritará; nadie oirá su voz en las calles.


Pues así como tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un gran pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en las entrañas de la tierra.


Desde entonces comenzó Jesús a decirles a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén. Decía que allí sufriría muchas cosas a manos de los líderes judíos, de los jefes de los sacerdotes y de los maestros de la Ley. Y decía que era necesario que lo mataran y que al tercer día resucitara.


―Señor —le dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: “A los tres días resucitaré”.


―Mira, no se lo digas a nadie —le dijo Jesús—. Solo ve, preséntate al sacerdote y lleva la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.


Él dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de lo ocurrido. Luego les mandó que le dieran de comer a la niña.


Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más se lo prohibía, tanto más lo seguían propagando.


Guardaron el secreto, pero discutían entre ellos qué significaría eso de «levantarse de entre los muertos».


De repente, cuando miraron a su alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús.


―Esto es lo que dicen —les explicó—: El Cristo morirá y resucitará al tercer día.


Después de oírse la voz, Jesús quedó solo. Los discípulos guardaron esto en secreto, y por algún tiempo a nadie contaron nada de lo que habían visto.