Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -


Mateo 12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)


Jesús es Señor del sábado

1 Por aquel tiempo pasaba Jesús por los sembrados en sábado. Sus discípulos tenían hambre, así que comenzaron a arrancar algunas espigas de trigo y a comérselas.

2 Al ver esto, los fariseos le dijeron: ―¡Mira! Tus discípulos están haciendo lo que está prohibido en sábado.

3 Él les contestó: ―¿No han leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre?

4 David entró en la casa de Dios, tomó los panes dedicados a Dios y los comió juntamente con sus compañeros. Lo hizo aunque a ellos no se les permitía, sino solo a los sacerdotes.

5 ¿O no han leído en la Ley que los sacerdotes trabajan en el Templo el sábado sin que se les culpe de nada?

6 Pues yo les digo que aquí está algo más grande que el Templo.

7 Si ustedes supieran qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”, no condenarían a los que no son culpables.

8 Sepan que el Hijo del hombre es Señor del sábado.

9 Pasando de allí, entró en la sinagoga,

10 donde había un hombre que tenía una mano paralizada. Como buscaban un motivo para acusar a Jesús, le preguntaron: ―¿Está permitido sanar en sábado?

11 Él les contestó: ―Si alguno de ustedes tiene una oveja y en sábado se le cae en un hoyo, ¿no la agarra y la saca?

12 ¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en sábado.

13 Entonces le dijo al hombre: ―Extiende la mano. Así que la extendió y le quedó curada, tan sana como la otra.

14 Pero, los fariseos salieron y tramaban cómo matar a Jesús.


El siervo elegido por Dios

15 Al enterarse de esto, Jesús se retiró de aquel lugar. Muchos lo siguieron, y él sanó a todos los enfermos,

16 pero les ordenó que no dijeran quién era él.

17 Esto fue para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:

18 «Este es mi siervo, a quien he elegido, mi amado, con quien estoy muy contento. Sobre él pondré mi Espíritu, y proclamará justicia a las naciones.

19 No discutirá ni gritará; nadie oirá su voz en las calles.

20 No acabará de romper la caña doblada ni apagará la mecha que apenas arde, hasta que haga triunfar la justicia.

21 Y en su nombre pondrán las naciones su esperanza».


Jesús y Beelzebú

22 Un día le llevaron un endemoniado que estaba ciego y mudo, y Jesús lo sanó, de modo que pudo ver y hablar.

23 Toda la gente se quedó asombrada y decía: «¿No será este el Hijo de David?».

24 Pero, al oírlo los fariseos, dijeron: «Este no echa fuera a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios».

25 Jesús conocía sus pensamientos, y les dijo: «Todo reino que se pelea consigo mismo quedará destruido, y toda ciudad o familia que se pelea consigo misma desaparecerá.

26 Y, si Satanás echa fuera a Satanás, pelea contra sí mismo. ¿Cómo puede, entonces, continuar su reino?

27 Ahora bien, si yo echo fuera a los demonios por medio de Beelzebú, ¿los seguidores de ustedes por medio de quién los echan fuera? Por eso ellos mismos los juzgarán a ustedes.

28 Pero, si echo fuera a los demonios por medio del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.

29 »O, ¿cómo puede entrar alguien en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, a menos que primero lo ate? Solo entonces podrá robar su casa.

30 »El que no está de mi parte está contra mí; y el que no trabaja conmigo contra mí trabaja.

31 Por eso les digo que a todos se les podrá perdonar todo pecado y toda ofensa, pero la ofensa contra el Espíritu no se le perdonará a nadie.

32 A cualquiera que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará, pero el que hable contra el Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el venidero.

33 »Si tienen un buen árbol, su fruto es bueno; si tienen un mal árbol, su fruto es malo. Al árbol se le reconoce por su fruto.

34 Nido de víboras, ¿cómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno? De la abundancia del corazón habla la boca.

35 El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal.

36 Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan pronunciado.

37 Pues por tus palabras se te perdonará, y por tus palabras se te condenará».


La señal de Jonás

38 Algunos de los fariseos y de los maestros de la Ley le dijeron: ―Maestro, queremos ver alguna señal milagrosa de parte tuya.

39 Jesús les contestó: ―¡Esta gente malvada y adúltera pide una señal milagrosa! Pero solo se le dará la señal del profeta Jonás.

40 Pues así como tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un gran pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en las entrañas de la tierra.

41 Los habitantes de Nínive se levantarán en el juicio contra esta gente y la condenarán; porque ellos se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás. Y aquí tienen ustedes a uno más importante que Jonás.

42 La reina del Sur se levantará en el día del juicio y condenará a esta gente; porque ella vino desde muy lejos para escuchar la sabiduría de Salomón. Y aquí tienen ustedes a alguien más importante que Salomón.

43 »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos, buscando descanso sin encontrarlo.

44 Entonces dice: “Volveré a mi casa, de donde salí”. Cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada.

45 Luego va y trae a otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial. Así le pasará también a la gente malvada de este tiempo».


La madre y los hermanos de Jesús

46 Mientras Jesús le hablaba a la gente, se presentaron su madre y sus hermanos. Se quedaron afuera y deseaban hablar con él.

47 Alguien le dijo: ―Mira, tu madre y tus hermanos están afuera y quieren hablar contigo.

48 ―¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? —respondió Jesús.

49 Señalando a sus discípulos, añadió: ―Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos.

50 Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

Nueva Versión Internacional Simplificada

© 2019 por Biblica, Inc.®

Reservados todos los derechos en todo el mundo.

Nueva Versión Internacional Simplificada

Copyright © 2019 by Biblica, Inc.®

All rights reserved worldwide.

Biblica, Inc.
Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos