Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para echar fuera a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y todo dolor.
Hechos 8:7 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) De muchos endemoniados los espíritus malignos salían dando fuertes gritos. Un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; Biblia Nueva Traducción Viviente Muchos espíritus malignos fueron expulsados, los cuales gritaban cuando salían de sus víctimas; y muchos que habían sido paralíticos o cojos fueron sanados. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues espíritus malos salían de los endemoniados dando gritos, y varios paralíticos y cojos quedaron sanos. La Biblia Textual 3a Edicion Porque de muchos que tenían° espíritus inmundos, salían clamando a gran voz; y muchos paralíticos y cojos eran sanados. Biblia Serafín de Ausejo 1975 porque de muchos posesos salían los espíritus impuros clamando a grandes voces. Y muchos paralíticos y cojos eran curados. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque espíritus inmundos, dando grandes voces, salían de muchos poseídos; y muchos paralíticos y cojos eran sanados. |
Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para echar fuera a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y todo dolor.
Los ciegos ven, los cojos andan y los que tienen lepra son sanados. Los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia.
Su fama se extendió por toda Siria. Por eso, le llevaban a todos los que sufrían diversas enfermedades y los que sufrían de dolores graves. También le llevaban a los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y Jesús los sanaba.
El espíritu, dando un fuerte grito y sacudiendo violentamente al muchacho, salió de él. Este quedó como muerto, tanto que muchos decían: «Ya se murió».
Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos: ―Señor, hasta los demonios nos obedecen en tu nombre.
Les aseguro que el que cree en mí, las obras que yo hago también él las hará. Y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre.
También de los pueblos vecinos llegaba a Jerusalén mucha gente. Llevaban personas enfermas y que sufrían a causa de espíritus malignos, y todas eran sanadas.
Al oír a Felipe y ver los milagros que hacía, mucha gente se reunía y todos prestaban atención a su mensaje.
Dios también nos confirmó su validez por medio de hechos asombrosos, maravillas, muchos milagros y habilidades dadas por el Espíritu Santo según su voluntad.