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Mateo 4:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

24 Su fama se extendió por toda Siria. Por eso, le llevaban a todos los que sufrían diversas enfermedades y los que sufrían de dolores graves. También le llevaban a los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y Jesús los sanaba.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

24 Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Las noticias acerca de él corrieron y llegaron tan lejos como Siria, y pronto la gente comenzó a llevarle a todo el que estuviera enfermo. Y él los sanaba a todos, cualquiera fuera la enfermedad o el dolor que tuvieran, o si estaban poseídos por demonios, o eran epilépticos o paralíticos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Su fama se extendió por toda Siria. La gente le traía todos sus enfermos y cuantos estaban aquejados por algún mal: endemoniados, lunáticos y paralíticos, y él los sanaba a todos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Y su fama se difundió por toda Siria, y le trajeron a todos los que padecían males, afligidos por diversas enfermedades y tormentos, endemoniados, lunáticos, y paralíticos; y los sanó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Su fama se extendió por toda Siria. Le traían a todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paralíticos; y él los curaba.

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Mateo 4:24
41 Referencias Cruzadas  

Un día le llevaron un endemoniado que estaba ciego y mudo, y Jesús lo sanó, de modo que pudo ver y hablar.


En aquel tiempo el gobernador Herodes se enteró de lo que decían de Jesús


Una mujer cananea de aquella región salió a su encuentro, gritando: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.


Y le dijo: ―Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces cae en el fuego o en el agua.


Jesús reprendió al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquel momento.


Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas, anunciando la buena noticia del reino y sanando toda enfermedad y dolor entre la gente.


Cuando Jesús llegó al otro lado, a la región de los gadarenos, dos endemoniados le salieron al encuentro de entre las tumbas. Eran tan violentos que nadie se atrevía a pasar por aquel camino.


Los que cuidaban los cerdos corrieron al pueblo y dieron aviso de todo, incluso de lo que les había sucedido a los endemoniados.


―Señor, mi siervo está en la casa, tirado en cama, con parálisis, y sufre terriblemente.


La noticia se divulgó por toda aquella región.


Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas. Anunciaba la buena noticia del reino y sanaba toda enfermedad y todo dolor.


Como resultado, su fama se extendió rápidamente por toda la región de Galilea.


Al atardecer, cuando ya se ponía el sol, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y endemoniados.


llegaron cuatro hombres que le llevaban un paralítico.


Como no podían acercarlo a Jesús por causa de la mucha gente, quitaron parte del techo encima de donde estaba Jesús. Luego de hacer una abertura, bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralítico.


¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: “Tus pecados quedan perdonados”, o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”?


(Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria).


Jesús regresó a Galilea lleno del poder del Espíritu, y se extendió su fama por toda aquella región.


Cuando Jesús salió de la sinagoga, se fue a casa de Simón. La suegra de Simón estaba enferma con una fiebre muy alta. Entonces le pidieron a Jesús que la ayudara.


Sin embargo, la fama de Jesús se extendía cada vez más. Por eso venían a él muchas personas para oírlo y para que las sanara de sus enfermedades.


Pues, para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.


Así que esta noticia acerca de Jesús se anunció por toda Judea y por todas las regiones vecinas.


Pero otros opinaban: «Estas palabras no son de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrirles los ojos a los ciegos?».


Me refiero a Jesús de Nazaret. Dios lo llenó de poder y del Espíritu Santo. Él anduvo haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.


Con ellos mandaron la siguiente carta: Los apóstoles y los líderes, a los creyentes no judíos en Antioquía, Siria y Cilicia: Saludos, hermanos en la fe.


y viajó por Siria y Cilicia, fortaleciendo a las iglesias.


Cuando esto se supo, los demás enfermos de la isla también venían y eran sanados.


De muchos endemoniados los espíritus malignos salían dando fuertes gritos. Un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos.


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