Pero, cuando los judíos vieron a tanta gente, se llenaron de envidia. Entonces comenzaron a maldecir a Pablo y a negar lo que este decía.
Hechos 17:5 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Pero los judíos, llenos de envidia, reunieron a unos maleantes callejeros. Con ellos organizaron un grupo de alborotadores e hicieron gran escándalo en la ciudad. Asaltaron la casa de Jasón en busca de Pablo y Silas, para que el pueblo los juzgara en público. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces ciertos judíos tuvieron envidia y reunieron a unos alborotadores de la plaza del mercado para que formaran una turba e iniciaran un disturbio. Atacaron la casa de Jasón en busca de Pablo y Silas a fin de sacarlos a rastras y entregarlos a la multitud. Biblia Católica (Latinoamericana) Los judíos no se quedaron pasivos: reunieron a unos cuantos vagos y maleantes, armaron un motín y alborotaron la ciudad. Hicieron una demostración frente a la casa de Jasón, pues querían a Pablo y Silas para llevarlos ante la asamblea del pueblo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero los judíos,° llenos de envidia, tomaron consigo a unos vagabundos perversos y, reuniendo una turba, alborotaron la ciudad y atacaron la casa de Jasón, para sacarlos ante el pueblo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces los judíos, llenos de envidia, reunieron a unos cuantos vagabundos, maleantes y revoltosos y amotinaron la ciudad. Se presentaron ante la casa de Jasón con la intención de entregarlos al populacho. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero los judíos que no eran creyentes, llenos de envidia, tomaron consigo a unos hombres perversos, de lo peor, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. |
Pero, cuando los judíos vieron a tanta gente, se llenaron de envidia. Entonces comenzaron a maldecir a Pablo y a negar lo que este decía.
En eso llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que hicieron cambiar de parecer a la gente. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, creyendo que estaba muerto.
Pero los judíos que no creyeron convencieron a los no judíos de ir en contra de los que habían creído.
Los judíos de Tesalónica se enteraron de que Pablo también estaba en Berea predicando el mensaje de Dios. Así que fueron allá para armar escándalo y alborotar a la gente.
Pero no los encontraron. Entonces arrastraron a Jasón y a algunos otros creyentes ante las autoridades de la ciudad. Y gritaban: «¡Estos que han trastornado el mundo entero han venido también acá!
Jasón los ha recibido en su casa. Todos ellos actúan en contra de las órdenes del césar. Afirman que hay otro rey, uno que se llama Jesús».
Entonces exigieron que Jasón y los demás pagaran una multa para dejarlos en libertad.
Cuando Galión era gobernador de Acaya, los judíos se pusieron de acuerdo para atacar a Pablo y llevarlo al tribunal.
Tal y como están las cosas, con lo sucedido hoy corremos el riesgo de que nos acusen de alborotar a la gente. ¿Qué razón podríamos dar de este alboroto, si no hay ninguna?
»Por envidia, esos hijos de Jacob vendieron a su hermano José como esclavo, quien fue llevado a Egipto; pero Dios estaba con él
Saludos de parte de Timoteo, mi compañero de trabajo, como también de Lucio, Jasón y Sosípater, mis compatriotas.
pues, espiritualmente, todavía son como niños. Mientras haya entre ustedes celos y pleitos, ¿no se comportan como niños espirituales? Pues se están comportando como la gente del mundo.
Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro. En mis viajes enfrenté peligros de ríos y peligros de bandidos. Enfrenté peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los no judíos, peligros en la ciudad, en el campo y en el mar. También enfrenté peligros de parte de falsos hermanos en la fe.
Tienen envidia, se emborrachan, participan de fiestas con sexo y otras cosas parecidas. Lo vuelvo a decir, los que practican tales cosas no tendrán parte en el reino de Dios.
No dejemos que el orgullo nos domine provocando peleas y envidias entre nosotros.
Ustedes siguieron nuestro ejemplo y el del Señor. Y, a pesar de lo mucho que sufrieron cuando creyeron en el mensaje de la buena noticia, el Espíritu Santo los llenó de alegría.
¿O creen que la Escritura se equivoca cuando dice que Dios ama celosamente al espíritu que hizo habitar en nosotros?