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Hechos 18:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

12 Cuando Galión era gobernador de Acaya, los judíos se pusieron de acuerdo para atacar a Pablo y llevarlo al tribunal.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

12 Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Cuando Galión llegó a ser gobernador de Acaya, unos judíos se levantaron contra Pablo y lo llevaron ante el gobernador para juzgarlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Siendo Galión gobernador de Acaya, los judíos acordaron unánimemente hacer una manifestación contra Pablo; lo llevaron ante el tribunal y lo acusaron:'

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se pusieron de acuerdo para atacar a Pablo, y lo llevaron al tribunal,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Era por entonces procónsul de Acaya Galión. Los judíos se amotinaron contra Pablo y lo condujeron al tribunal,

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Hechos 18:12
27 Referencias Cruzadas  

Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».


Al oír esto, Pilato llevó a Jesús hacia fuera. Luego se sentó en el tribunal, en un lugar al que llamaban el Empedrado, y que en hebreo se dice «Gabatá».


Al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza acerca del Señor.


Pero los judíos hablaron con mujeres muy distinguidas y favorables al judaísmo. También hablaron con los hombres más importantes de la ciudad, y a todos los convencieron de ir en contra de Pablo y Bernabé. Así lograron echarlos fuera de la región.


Este estaba con el gobernador Sergio Paulo, que era un hombre inteligente. El gobernador mandó llamar a Bernabé y a Saulo, porque quería escuchar el mensaje de Dios.


Pero Elimas, cuyo nombre significa «hechicero», se les oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador.


En eso llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que hicieron cambiar de parecer a la gente. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, creyendo que estaba muerto.


Pero los judíos que no creyeron convencieron a los no judíos de ir en contra de los que habían creído.


Los judíos de Tesalónica se enteraron de que Pablo también estaba en Berea predicando el mensaje de Dios. Así que fueron allá para armar escándalo y alborotar a la gente.


Pero los judíos, llenos de envidia, reunieron a unos maleantes callejeros. Con ellos organizaron un grupo de alborotadores e hicieron gran escándalo en la ciudad. Asaltaron la casa de Jasón en busca de Pablo y Silas, para que el pueblo los juzgara en público.


Así que Pablo se quedó allí un año y medio, enseñando entre el pueblo la palabra de Dios.


Como Apolos quería pasar a Acaya, los creyentes lo animaron y les escribieron a los discípulos de allá para que lo recibieran. Cuando llegó, ayudó mucho a quienes, gracias al amor de Dios, habían creído en Jesús.


Después de todo lo ocurrido, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén. De camino, pasó por Macedonia y Acaya. Y decía a todos: «Después de estar en Jerusalén, tengo que visitar Roma».


Pablo contestó: ―Ya estoy ante el tribunal del césar, que es donde se me debe juzgar. No les he hecho ningún mal a los judíos, como usted sabe muy bien.


A los creyentes de Macedonia y Acaya les pareció bien hacer una colecta para los creyentes pobres de Jerusalén.


Saluden igualmente a la iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saluden a mi querido hermano Epeneto, el primer convertido a Cristo en la provincia de Asia.


Ustedes bien saben que los de la familia de Estéfanas fueron los primeros en creer en Cristo en la región de Acaya. Ellos se han dedicado a ayudar a los hermanos en la fe. Les recomiendo, a todos ustedes,


Los saluda Pablo, y también Timoteo, nuestro hermano en la fe. Soy apóstol de Cristo Jesús porque Dios así lo quiso. Esta carta va dirigida a ustedes, que son la iglesia de Dios en Corinto, y a todos los creyentes en toda la región de Acaya:


Estoy seguro de conocer la verdad de Cristo. De igual manera estoy seguro de que nadie en las regiones de Acaya podrá quitarme esta satisfacción.


Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro. En mis viajes enfrenté peligros de ríos y peligros de bandidos. Enfrenté peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los no judíos, peligros en la ciudad, en el campo y en el mar. También enfrenté peligros de parte de falsos hermanos en la fe.


porque sé que tienen buenos deseos de ayudar. Esto lo he comentado con orgullo entre los macedonios. Les he dicho que, desde el año pasado, ustedes los de Acaya estaban preparados para dar. El entusiasmo de ustedes ha motivado a la mayoría de ellos.


A ustedes, hermanos en la fe, les pasó lo mismo que a los hermanos de las iglesias de Dios en Judea. Estos hermanos, que creyeron en Cristo Jesús, sufrieron por causa de los judíos. Y ustedes sufrieron lo mismo por causa de sus compatriotas.


pues quieren impedir que prediquemos a los no judíos para que sean salvos. Pero con eso solo logran acumular más pecado. El castigo de Dios será muy duro sobre ellos.


¡Pero ustedes han humillado al pobre! Ya olvidaron que son los ricos quienes los maltratan a ustedes y los llevan ante los tribunales.


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