La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Gálatas 4:15 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pues bien, ¿qué pasó con todo ese entusiasmo? Me consta que, de haberles sido posible, se habrían sacado los ojos para dármelos.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

¿Dónde ha ido a parar el espíritu de alegría y de gratitud que antes tenían? Estoy seguro de que ustedes se hubieran arrancado los propios ojos para dármelos de haber sido posible.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

¿Por qué se perdió la alegría de aquel tiempo? No miento, pero se habrían sacado los ojos para dármelos.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

¿Dónde está pues esa satisfacción que expresabais? Porque os doy testimonio de que si hubiera sido posible, os hubierais sacado los ojos y me los habríais dado.°

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¿Dónde están, pues, aquellas expresiones vuestras de dicha? Doy testimonio de que, si hubiera sido posible, os habríais arrancado los ojos para dármelos.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿Dónde está entonces vuestra bienaventuranza? Porque yo os doy testimonio de que si hubiese sido posible, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos.

Ver Capítulo
Otras versiones



Gálatas 4:15
17 Referencias Cruzadas  

Los que están sobre las piedras son los que reciben la palabra con alegría cuando la oyen, pero no tienen raíz. Estos creen por algún tiempo, pero se apartan cuando llega la prueba.


Puedo declarar en favor de ellos que en verdad desean agradar a Dios. Pero ese deseo demuestra que les falta conocimiento.


Le pido a Dios, quien da esperanza, que los llene de toda alegría y paz. Pues ustedes creen en él, y quiero que el poder del Espíritu Santo los llene de confianza.


También por medio de la fe en él, Jesucristo nos acerca al amor de Dios. Y ese amor es firme. Así que nos gozamos, porque tenemos la esperanza de compartir la gloria de Dios.


Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mi propio pueblo, los de mi propia raza.


Soy testigo de que dieron tanto como podían, y aún más de lo que podían, sin que nadie los obligara.


Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones. De ese modo, también por creer en Cristo recibimos el Espíritu que Dios nos ha prometido.


Y, aunque eso representó un problema para ustedes, no me rechazaron ni me trataron mal. Al contrario, me recibieron como a un ángel de Dios, como si se tratara de Cristo Jesús.


¡Y ahora resulta que por decirles la verdad me he vuelto su enemigo!


Yo los amo como si fueran mis hijos. Me parezco a una madre con dolores de parto, pues seguiré sufriendo hasta que los vea vivir como Cristo.


En cambio, los que viven guiados por el Espíritu muestran amor por los demás, son alegres y tienen paz. El Espíritu los hace tener paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,


Todos deben examinar su propia conducta y, si tienen algo de qué sentirse orgullosos, está bien, pero no se comparen con nadie.


A mí me consta que él se preocupa mucho por ustedes y por los que están en Laodicea y en Hierápolis.


Nosotros les tenemos un gran cariño, y nos da alegría compartir con ustedes no solo la buena noticia de Dios, sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos!


Ténganlos en alta estima y ámenlos por el trabajo que hacen. Vivan en paz unos con otros.