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2 Tesalonicenses 3:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Por último, hermanos en la fe, oren por nosotros para que el mensaje del Señor se escuche pronto en todo lugar. Oren para que sea recibido con respeto y aprecio, tal como sucedió entre ustedes.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Finalmente, amados hermanos, les pedimos que oren por nosotros. Oren para que el mensaje del Señor se difunda rápidamente y sea honrado en todo lugar adonde llegue, así como cuando les llegó a ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por lo demás, hermanos, rueguen por nosotros, para que la palabra del Señor prosiga su carrera y consiga el premio, como pasó entre ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como ocurrió° con vosotros;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor siga su curso y sea glorificada, como sucede entre vosotros,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Finalmente, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada así como entre vosotros;

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Otras versiones



2 Tesalonicenses 3:1
22 Referencias Cruzadas  

Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo».


«Es abundante la cosecha —les dijo—, pero son pocos los obreros. Por tanto, pídanle al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.


Pero el mensaje de Dios se seguía anunciando en todo lugar.


Y el mensaje del Señor se anunciaba en cada vez más lugares y llegaba a la gente causando un gran impacto.


Y el mensaje de Dios llegaba a la gente, de modo que la cantidad de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén. Incluso muchos de los sacerdotes aceptaban el mensaje.


Les ruego, hermanos en la fe, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se unan conmigo en esta lucha y que oren a Dios por mí.


Allí hay muchos en mi contra. Sin embargo, se me ha presentado allí una gran oportunidad para servir a Dios y obtener buenos resultados.


Mientras tanto, ustedes nos ayudan orando por nosotros. Así muchos darán gracias a Dios por las bendiciones que él nos dará en respuesta a tantas oraciones.


En fin, hermanos en la fe, alégrense, traten de que su fe sea cada vez más fuerte. Hagan caso de mi consejo, traten de estar de acuerdo en todo, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.


Oren además por nosotros para que Dios nos abra la oportunidad de anunciar el mensaje del plan que Dios mantenía en secreto, que es Cristo, y por el cual estoy preso.


Pues nuestra buena noticia les llegó no solo con palabras, sino también con demostraciones de poder. Es decir, vieron cómo actúa el Espíritu Santo por medio de nosotros y eso los convenció profundamente. Como bien saben, estuvimos entre ustedes solo para su bien.


Ustedes comenzaron a anunciar el mensaje del Señor no solo en Macedonia y en Acaya, sino en todo lugar. La fe que ustedes tienen en Dios es tan conocida en esos lugares que ya no es necesario que nosotros digamos nada.


Hermanos en la fe, bien saben que nuestra visita a ustedes no fue un fracaso.


Así que no dejamos de dar gracias a Dios. Pues, cuando ustedes oyeron el mensaje de Dios que les predicamos, lo aceptaron. Lo aceptaron no como un mensaje de parte de alguna persona, sino como lo que realmente es, un mensaje de Dios. Ese mensaje cambió la vida de ustedes, los que creen.


Por lo demás, hermanos en la fe, les rogamos, en el nombre del Señor Jesús, que sigan mejorando su manera de vivir. Así harán lo que agrada a Dios, tal como lo aprendieron de nosotros. De hecho, ya lo están haciendo.


Hermanos en la fe, oren también por nosotros.


por la que sufro en gran manera, hasta el punto de llevar cadenas como un criminal. Pero la palabra de Dios no está encadenada.