Con ellos salió también toda clase de gente y grandes manadas de ganado, tanto de ovejas como de vacas.
Levítico 24:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Entre los israelitas vivía un hombre, hijo de madre israelita y de padre egipcio. Y sucedió que un día este hombre y un israelita iniciaron un pleito en el campamento. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 En aquel tiempo el hijo de una mujer israelita, el cual era hijo de un egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento. Biblia Nueva Traducción Viviente Cierto día, un hombre de madre israelita y de padre egipcio salió de su carpa y tuvo una pelea con un israelita. Biblia Católica (Latinoamericana) Un día, en el campamento, hubo un altercado entre un hombre de madre israelita y de padre egipcio, y un israelita. La Biblia Textual 3a Edicion Surgió una vez entre los israelitas un hijo de madre israelita y padre egipcio, y se originó una pelea en el campamento entre el hijo de la israelita y un varón de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Había entre los israelitas un hombre hijo de una mujer israelita, pero de padre egipcio. El hijo de la israelita y un israelita riñeron en el campo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el hijo de una mujer israelita, cuyo padre era egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento. |
Con ellos salió también toda clase de gente y grandes manadas de ganado, tanto de ovejas como de vacas.
Pero el hijo de la mujer israelita, al lanzar una maldición, pronunció el Nombre; así que se lo llevaron a Moisés. (El nombre de su madre era Selomit hija de Dibrí, de la tribu de Dan).
El pan pertenece a Aarón y a sus hijos, quienes lo comerán en un lugar santo. Es una parte sumamente sagrada de las ofrendas puestas al fuego ante el Señor. Es un estatuto perpetuo».
Gente de toda clase se había mezclado con los israelitas. Esa gente solo pensaba en comer. Y también los israelitas volvieron a llorar y dijeron: «¡Quién nos diera carne!