cuando Dios se levanta a hacer justicia, a salvar a los afligidos de la tierra. Selah
Juan 7:30 - Biblia Castilian 2003 Quer an, pues, prenderlo; pero nadie le echó mano, porque todav a no hab a llegado su hora. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces los líderes trataron de arrestarlo, pero nadie le puso las manos encima, porque aún no había llegado su momento. Biblia Católica (Latinoamericana) Los judíos hubieran querido llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima porque todavía no había llegado su hora. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces procuraban prenderlo, pero nadie pudo echarle mano, porque aún no había llegado su hora. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Querían, pues, prenderlo; pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces procuraban prenderle; pero ninguno puso mano sobre Él, porque aún no había llegado su hora. |
cuando Dios se levanta a hacer justicia, a salvar a los afligidos de la tierra. Selah
Desde el principio yo anuncio el fin y desde el comienzo lo que aún no ha sucedido; digo mi plan, y se cumple; hago realidad todos mis deseos.
Pero los fariseos salieron y, en un consejo contra Jesús, concertaron la manera de acabar con él.
Y aunque intentaban arrestarlo, tuvieron miedo de la gente, porque lo ten an por profeta.
Cuando los pont fices y los escribas se enteraron buscaban la manera de acabar con él; pero le ten an miedo, porque todo el pueblo estaba maravillado de su ense anza.
Los escribas y los pont fices intentaron echarle mano en aquel mismo momento, porque se hab an dado cuenta de que por ellos hab a dicho esa parábola; pero tuvieron miedo al pueblo.
Mientras estaba yo entre vosotros d a tras d a en el templo, no extendisteis las manos contra m. Pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas'.
Es que los pont fices y los fariseos hab an dado ya órdenes de que todo el que supiera dónde estaba lo denunciara, para ir ellos a prenderlo.
¿No os dio Moisés la ley? Sin embargo, ninguno de vosotros cumple la ley. ¿Por qué pretendéis matarme?'.
Al enterarse los fariseos de que el pueblo rumoreaba esto acerca de él, los pont fices y los fariseos enviaron guardias para prenderlo.
D celes Jesús: 'Mi tiempo no ha llegado todav a, mientras que vuestro tiempo siempre está a punto.
Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta, porque mi tiempo no se ha cumplido todav a'.
Estas palabras las dijo junto al tesoro, mientras estaba ense ando en el templo; y nadie le echó mano, porque aún no hab a llegado su hora.
Ya sé que sois descendientes de Abrahán, pero pretendéis matarme, porque mi palabra no cala en vosotros.
Entonces tomaron piedras para lapidarle; pero Jesús se escondió y salió del templo.
Mientras es de d a, tenemos que trabajar en las obras de aquel que me envió; se acerca la noche, cuando nadie puede trabajar.