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Juan 8:59 - Biblia Castilian 2003

59 Entonces tomaron piedras para lapidarle; pero Jesús se escondió y salió del templo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

59 En ese momento, tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús desapareció de la vista de ellos y salió del templo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

59 Entonces tomaron piedras para lanzárselas, pero Jesús se ocultó y salió del Templo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

59 Entonces tomaron piedras para lapidarle; pero Jesús se escondió y salió del templo.

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Juan 8:59
18 Referans Kwoze  

Y a los que estaban a la entrada de la casa, los hirieron de ceguera, desde el menor hasta el mayor, de modo que no lograron dar con la puerta.


El que blasfemare el nombre de Yahveh, morirá sin remisión; toda la comunidad lo lapidará. Tanto el extranjero como el nativo que blasfeme el Nombre, morirá.


Pero los fariseos salieron y, en un consejo contra Jesús, concertaron la manera de acabar con él.


Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron; pero él desapareció de su vista.


Por eso Jesús ya no andaba en público entre los jud os, sino que se fue de all a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efra n, donde permaneció en compa a de sus disc pulos.


D cenle los disc pulos: ' Rabb, hace poco que los jud os quer an apedrearte, ¿y otra vez quieres ir all ?'.


Mientras tenéis la luz creed en la luz, para que seáis hijos de la luz'. Esto dijo Jesús. Luego se fue y se ocultó de su vista.


Pilato les contestó: 'Tomadlo vosotros y juzgadlo según vuestra ley'. Los jud os le dijeron: 'Es que nosotros no estamos autorizados a sentenciar a muerte a nadie'.


Pero el hombre curado no sab a quién era, pues, como hab a all mucha gente, Jesús desapareció.


Al pasar, vio a un ciego de nacimiento.


Entonces ellos, vociferando, se taparon los o dos y se abalanzaron a una contra él;


David se vio entonces en un grave aprieto, porque la gente hablaba de lapidarlo, ya que todos estaban llenos de amargura por sus hijos e hijas. Pero David cobró ánimos en Yahveh, su Dios.


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