Génesis 2 - Nueva Biblia Española (1975)1 Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus muchedumbres. 2 Para el día séptimo había concluido Dios todo su trabajo; y descansó el día séptimo de todo su trabajo. 3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque ese día descansó Dios de todo su trabajo de crear. 4 Esta es la historia de la creación del cielo y de la tierra. Cuando el Señor Dios hizo tierra y cielo, 5 no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia a la tierra, ni había hombre que cultivara el campo y 6 sacara un manantial de la tierra para regar la superficie del campo. 7 Entonces el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo. 8 El Señor Dios plantó un parque en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. 9 El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además, el árbol de la vida en mitad del parque y el árbol de conocer el bien y el mal. 10 En Edén nacía un río que regaba el parque y después se dividía en cuatro brazos: 11 el primero se llama Pisón y rodea todo el territorio de Javilá, donde se da el oro; 12 el oro del país es de calidad, y también se dan allí ámbar y ónice. 13 El segundo río se llama Guijón, y rodea todo el país de Nubia. 14 El tercero se llama Tigris, y corre al este de Asiría. El cuarto es el Eufrates. 15 El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el parque de Edén, para que lo guardara y lo cultivara. 16 El Señor Dios mandó al hombre: Puedes comer de todos los árboles del jardín; 17 pero del árbol de conocer el bien y el mal no comas; porque el día en que comas de él, tendrás que morir. 18 El Señor Dios se dijo: 'No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle el auxiliar que le corresponde'. 19 Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las fieras salvajes y todos los pájaros del cielo, y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. 20 Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las fieras salvajes. Pero no se encontró el auxiliar que le correspondía. 21 Entonces el Señor Dios echó sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y creció carne desde dentro. 22 De la costilla que le había sacado al hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. 23 El hombre exclamó: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Hembra, porque la han sacado del Hombre. 24 Por eso un hombre abandona padre y madre, se junta a su mujer y se hacen una sola carne. 25 Los dos estaban desnudos, el hombre y su mujer, pero no sentían vergüenza. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.