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Mateo 11:8 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

¿Qué es lo que esperaban ver? ¿Acaso esperaban ver a un hombre vestido con ropa fina y elegante? Los que llevan ropas finas viven en los palacios de los reyes.

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Biblia Reina Valera 1960

¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¿O esperaban ver a un hombre vestido con ropa costosa? No, la gente que usa ropa costosa vive en los palacios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¿Qué iban ustedes a ver? ¿Un hombre con ropas finas? Los que visten ropas finas viven en palacios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¿Qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de fino ropaje? Mirad, los que llevan ropas finas están en las casas de los reyes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si no, ¿qué salisteis a ver: un hombre vestido con refinamiento? Bien sabéis que los que visten con refinamiento están en los palacios de los reyes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿O qué salisteis a ver? ¿Un hombre cubierto de ropas delicadas? He aquí, los que visten ropas delicadas, en las casas de los reyes están.

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Mateo 11:8
11 Tagairtí Cros  

Cuando ellos se estaban yendo, Jesús le dijo a la gente sobre Juan: – Ustedes ¿cuándo salieron, qué percibieron en el desierto? ¿Acaso vieron una caña sacudida por el viento?


Pero ¿qué querían ver?, ¿querían ver a un profeta? Juan sí es un profeta, e inclusive es más que un profeta.


La ropa de Juan el Bautista estaba hecha de pelos de camello y un cinturón de cuero, en torno a su cadera, y su comida eran langostas y miel silvestre.


Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿acaso esperaban ver a un hombre vestido con ropa fina y elegante? No, pues los que están vestidos con ropa elegante y viven con lujo en los palacios reales.


Incluso ahora, tenemos hambre y sed, nos hace falta ropa, la gente nos maltrata y no tenemos un hogar;


he soportado trabajos duros y fatigantes; he pasado muchas noches sin dormir; muchas veces he soportado hambre y sed, muchas veces me he quedado en ayunas y he tenido que soportar el frío sin tener con qué cubrirme.


Y daré a mis dos testigos para que, vestidos de luto, profeticen durante mil doscientos sesenta días”.