Apocalipsis 11:3 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia3 Y daré a mis dos testigos para que, vestidos de luto, profeticen durante mil doscientos sesenta días”. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19603 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente3 Mientras tanto, yo daré poder a mis dos testigos, y ellos se vestirán de tela áspera y profetizarán durante esos 1260 días». Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)3 Yo enviaré a mis dos testigos vestidos con ropa de penitencia para que proclamen mi palabra durante mil doscientos sesenta días. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion3 Y daré° a mis dos testigos, y profetizarán durante mil doscientos sesenta días vestidos de tela de saco. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19753 Yo encargaré a mis dos testigos que profeticen durante mil doscientos sesenta días, vestidos de sayal. Féach an chaibidilBiblia Reina Valera Gómez (2023)3 Y daré potestad a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. Féach an chaibidil |
Jesús siguió diciendo: – ¡Ay de ti Corazín! ¡Ay de ti Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que ellos habrían cambiado su manera de pensar y así cambiado su forma de vivir, y se habrían puesto ropa áspera y echado ceniza en la cabeza como símbolo de su arrepentimiento, para mostrar dolor por sus pecados.
En la iglesia, Dios dio una función a cada parte; a unos puso como apóstoles, a otros como profetas y a otros como maestros; también llamó a algunos y les dio poder sobrenatural de Dios para hacer milagros, a otros les dio dones de sanidad, a otros un don especial para ayudar a los demás, a otros el don de liderazgo y a otros el don para hablar en diversas lenguas.
Y vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar; vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios; los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen; tampoco se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años;