El que reciba a uno de ustedes, a mí me recibe, y el que me reciba a mí, recibe al que me envió.
Gálatas 4:14 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia y aun padeciendo esta enfermedad, ustedes no me despreciaron ni me rechazaron. Al contrario, me recibieron como si yo fuera un ángel de Dios, o el mismo Jesucristo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. Biblia Nueva Traducción Viviente Aunque mi condición los tentaba a no aceptarme, ustedes no me despreciaron ni me rechazaron. Todo lo contrario, me recibieron y me cuidaron como si yo fuera un ángel de Dios o incluso el mismo Cristo Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) Aunque mis pruebas eran una prueba para ustedes, no me despreciaron ni me rechazaron, sino que me acogieron como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion Y lo que para vosotros era una prueba° en mi carne, no lo menospreciasteis ni lo escupisteis; al contrario, me acogisteis como a un enviado de Dios, como a Jesús el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y que ante esta debilidad corporal mía, que era para vosotros una prueba, no hicisteis gestos de desprecio ni escupisteis en el suelo, sino que me acogisteis como a un enviado de Dios, como a Cristo Jesús. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y no desechasteis ni menospreciasteis mi prueba que estaba en mi carne, antes me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. |
El que reciba a uno de ustedes, a mí me recibe, y el que me reciba a mí, recibe al que me envió.
Y contestando el rey, dijo: “En verdad les digo, en la medida que lo hicieron a uno de mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron”.
Luego Jesús volvió a decir a sus discípulos: – El que los escuche a ustedes, me escucha a mí; el que los rechace, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza a Dios que me envió.
En verdad, en verdad les digo, el que recibe a quien envié, a mí me recibe, y el que me recibe, recibe al que me envió.
Dios prefirió lo que el mundo cree que no es importante, lo que desprecia y a lo que no le da valor para anular lo que el mundo cree que es importante;
Hasta parece que, por la causa de Cristo, nosotros nos hemos convertido en tontos, mientras que ustedes se volvieron los sabios; nosotros somos débiles, pero ustedes son los fuertes; a ustedes los honran y a nosotros nos desprecian.
Somos embajadores de Cristo, como si Dios los estuviera invitando a ustedes por medio de nosotros; en nombre de Cristo les damos la oportunidad de que se reconcilien con Dios; reciban la alta honra de ser amigos de Dios.
Porque que todos ustedes son hijos de Dios, mediante la fe en Jesucristo;
Así que ya no importa si son judíos o no, si son esclavos o libres, o si son hombres o mujeres, si están unidos a Jesucristo, todos son iguales.
como bien saben, por motivo de una enfermedad física que tuve, les anuncié el Evangelio que transforma toda la existencia humana por primera vez;
En ese momento estaban muy felices, ¿dónde está ese sentimiento de inmensa felicidad ahora? Porque personalmente soy testigo de que hasta se habrían sacado los ojos para dármelos si hubieran podido.
Por eso, nosotros damos gracias a Dios constantemente, pues al recibir la Palabra de Dios por medio nuestro, la recibieron no como palabra humana, sino como lo que verdaderamente es, Palabra de Dios, la cual actúa transformándolos a ustedes los creyentes.
Por lo tanto, el que no hace caso a estas enseñanzas no está negándose a obedecer a seres humanos, más bien está rechazando a Dios, ya que Él nos da su Espíritu Santo en nuestro interior.
Nunca se olviden de practicar la hospitalidad, porque a través de esta, sin darse cuenta, algunos hospedaron ángeles.