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Mateo 10:40 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

40 El que reciba a uno de ustedes, a mí me recibe, y el que me reciba a mí, recibe al que me envió.

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Biblia Reina Valera 1960

40 El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 »El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al Padre, quien me envió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa digna de un profeta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 El que os recibe, a mí me recibe,° y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Quien os recibe a vosotros, a mí me recibe; y quien a mí me recibe, recibe a aquel que me envió.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

40 El que a vosotros recibe, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

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Mateo 10:40
18 Tagairtí Cros  

Y el que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe.


Y contestando el rey, dijo: “En verdad les digo, en la medida que lo hicieron a uno de mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron”.


Entonces el rey responderá: “En verdad les digo, en la medida en que no ayudaron a uno de mis hermanos más pequeños, es como si no me hubieran ayudado a mí”.


– Cualquiera que reciba a un niño en mi nombre, a mí me recibe, y cualquiera que me reciba, recibe al que me envió.


Luego Jesús volvió a decir a sus discípulos: – El que los escuche a ustedes, me escucha a mí; el que los rechace, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza a Dios que me envió.


y declaró: – Todo el que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe; y todo el que me reciba, recibe al que me envió; pues el más pequeño entre ustedes será el más importante.


En verdad, en verdad les digo, el que recibe a quien envié, a mí me recibe, y el que me recibe, recibe al que me envió.


Jesús les habló nuevamente: – Paz a ustedes; como el Padre me envió a mí, yo también los envío.


para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre, porque el Padre envió a su Hijo.


Somos embajadores de Cristo, como si Dios los estuviera invitando a ustedes por medio de nosotros; en nombre de Cristo les damos la oportunidad de que se reconcilien con Dios; reciban la alta honra de ser amigos de Dios.


y aun padeciendo esta enfermedad, ustedes no me despreciaron ni me rechazaron. Al contrario, me recibieron como si yo fuera un ángel de Dios, o el mismo Jesucristo.


Por lo tanto, el que no hace caso a estas enseñanzas no está negándose a obedecer a seres humanos, más bien está rechazando a Dios, ya que Él nos da su Espíritu Santo en nuestro interior.


Todo el que distorsiona y no permanece en la enseñanza de Cristo no tiene a Dios; el que constantemente permanece y vive en la enseñanza de Cristo tiene al Padre y al Hijo.


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