Después de haber expulsado al hombre y a la mujer, Dios puso al oriente del jardín de Edén a los querubines, y una espada encendida que giraba en todas las direcciones, para evitar que nadie pudiera llegar hasta el árbol de la vida.
Génesis 4:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Hoy me echas de esta tierra, y tendré que vivir lejos de tu presencia. Tendré que vivir huyendo como un fugitivo, expuesto a que cualquiera que me encuentre me mate. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará. Biblia Nueva Traducción Viviente Me has expulsado de la tierra y de tu presencia; me has hecho un vagabundo sin hogar. ¡Cualquiera que me encuentre me matará! Biblia Católica (Latinoamericana) Tú me arrojas hoy de esta tierra, y me dejas privado de tu presencia. Si he de ser un errante y de andar vagando sobre la tierra, cualquiera que me encuentre me matará. La Biblia Textual 3a Edicion Si me expulsas hoy de sobre la faz de la tierra, de tu presencia estaré oculto, seré errante y fugitivo en la tierra y sucederá que cualquiera que me encuentre, me matará. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú me echas hoy de la tierra y de tu presencia habré de esconderme. Andaré fugitivo y errante por la tierra, de modo que cualquiera que me encuentre me matará'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí me echas hoy de la faz de la tierra, y de tu presencia me esconderé; y seré fugitivo y vagabundo en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará. |
Después de haber expulsado al hombre y a la mujer, Dios puso al oriente del jardín de Edén a los querubines, y una espada encendida que giraba en todas las direcciones, para evitar que nadie pudiera llegar hasta el árbol de la vida.
Ahora el resto de la familia pide que yo entregue a mi otro hijo para ejecutarlo por haber asesinado a su hermano. Pero si lo hago no tendré ningún hijo, y el nombre de mi marido será desarraigado de la tierra.
que sus hijos anden vagando como mendigos; que los echen de su hogar en ruinas.
Que nadie sea generoso con ellos; que nadie se apiade de sus hijos huérfanos.
Ven pronto, Señor, y respóndeme, porque cada vez me deprimo más; ¡no te apartes de mí, o me muero!
Al malvado lo aplasta su propia maldad; al justo lo protege su justicia.
El malvado huye sin que nadie lo persiga; pero el justo vive confiado como león.
Adondequiera que vuelvan la mirada hallarán tribulación, angustia y negra desesperación. Y serán lanzados a las tinieblas.
A tal punto llegaron las cosas, que el Señor, airado, hizo que Sedequías se rebelara contra el rey de Babilonia, a consecuencia de lo cual fue echado de la presencia del Señor en Jerusalén y Judá, junto con el pueblo de Israel, y llevado cautivo a Babilonia.
Por eso desaparecerán como la niebla matutina al salir el sol, como el rocío que rápidamente se seca, como la paja llevada por el viento, como una nube de humo.
Me volveré contra ustedes, y huirán delante de sus enemigos. Los que los odian los gobernarán, y ustedes huirán sin que nadie los persiga.
»A los que queden vivos, haré que sean llevados a tierras distantes como prisioneros de guerra y esclavos. Allí vivirán en constante temor. Una hoja que caiga arrastrada por el viento hará que huyan como si fueran perseguidos por un hombre armado con espada. Huirán cuando nadie los persiga.
El vengador de la sangre personalmente dará muerte al asesino cuando lo encuentre.
golpeándole con el puño hasta darle muerte; es un asesino. El asesino será ejecutado por el vengador de la sangre cuando lo hallare.
y el vengador lo encuentra fuera de ella y le da muerte, no es un asesinato,
»Entonces me volveré a los de la izquierda y les diré: “¡Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios.
»Irán, por tanto, al castigo eterno, mientras que los justos entrarán a la vida eterna».
Porque el Señor te esparcirá en medio de todas las naciones, de uno a otro extremo de la tierra. Allí adorarás dioses paganos que ni tú ni tus antepasados han conocido, dioses hechos de madera y de piedra.
No tendrás reposo entre esas naciones, sino que el Señor pondrá cobardía en tu corazón, y quedarás en tinieblas con el cuerpo gastado por la tristeza y el temor.
Esos sufrirán la pena de la destrucción eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.