El cetro estará en las manos de Judá, y el bastón de gobernante estará en sus pies, hasta que llegue el rey por excelencia, a quien todos los pueblos obedecerán.
2 Samuel 7:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Él será el que me va a edificar un templo, y yo estableceré su trono para siempre. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Biblia Nueva Traducción Viviente Él es quien edificará una casa —un templo— para mi nombre, y afirmaré su trono real para siempre. Biblia Católica (Latinoamericana) El me construirá una casa y yo, por mi parte, afirmaré su trono real para siempre. La Biblia Textual 3a Edicion Él edificará casa a mi Nombre y Yo afirmaré el trono de su reino para siempre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él edificará una casa a mi nombre, y yo afirmaré el trono de su reino para siempre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. |
El cetro estará en las manos de Judá, y el bastón de gobernante estará en sus pies, hasta que llegue el rey por excelencia, a quien todos los pueblos obedecerán.
»El Señor da una liberación maravillosa al rey, y muestra misericordia a David, su ungido, y a su descendencia para siempre».
Tu dinastía y tu reino gozarán de mi favor, de modo que tu trono será establecido para siempre».
»Porque tú, Señor Todopoderoso, Dios de Israel, me has revelado que yo soy el primero de una dinastía que gobernará a tu pueblo para siempre. Por eso es que me he atrevido a elevarte esta oración.
Si haces esto, el Señor cumplirá la promesa que me dio, que si mi hijo y sus descendientes observaban sus caminos y le eran fieles, uno de ellos sería siempre rey sobre Israel, y mi dinastía jamás tendría fin.
mientras que a mí me dé sus ricas bendiciones, y que en este trono se siente siempre un descendiente de David!
Por eso, pienso edificar un templo para el Señor mi Dios, en conformidad a la promesa que le hizo a mi padre de que yo lo edificaría. Porque el Señor le dijo: “Tu hijo, a quien pondré en tu lugar en el trono, me edificará un templo”.
«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que ha cumplido hoy lo que prometió a mi padre David.
Manasés llegó a colocar una abominable imagen de la diosa Aserá en la casa en la cual el Señor había dicho a David y a Salomón: «Yo pondré para siempre mi nombre en esta casa, y en Jerusalén, ciudad que he escogido de entre todas las ciudades de las tribus de Israel.
Sin embargo, como Dios había prometido a su siervo David que cuidaría y guiaría a sus descendientes, no destruyó a Judá.
Recuerda que el Señor te ha elegido para que le construyas un templo como su santuario. Así que ¡con todo ánimo ponte a trabajar!».
Aun construyó altares paganos en los atrios del templo, para adorar al sol, la luna y las estrellas en el lugar mismo donde el Señor había dicho que su nombre sería honrado para siempre.
»Ahora, Dios de Israel, cumple también la otra promesa que le hiciste a mi padre, cuando le dijiste: “Si tus descendientes obedecen mis leyes, como tú lo has hecho, te prometo que siempre habrá un descendiente tuyo que ocupe el trono de Israel”.
No se desentiende de los buenos; por el contrario, los honra colocándolos en tronos eternos.
Que su nombre perdure para siempre, y continúe mientras el sol brille. Que todos sean en él bendecidos; que todas las naciones lo alaben.
Siempre tendrá un heredero. Su trono será tan eterno como los días del cielo.
“Estableceré tu dinastía para siempre, y afirmaré tu trono por todas las generaciones”».
El Señor dice: En momento oportuno llegó tu petición. Te libraré de perjuicio prematuro, y te daré a Israel como prenda y señal, como prueba de que restableceré la tierra de Israel y la volveré a dar a su propio pueblo. Por medio de ti llamo a los cautivos de las tinieblas: «¡Salgan! ¡Salgan! ¡Yo les doy libertad!». Ellos serán ovejas mías que pastarán en verdes prados y en hermosas colinas.
Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo y él tendrá el gobierno sobre su hombro. Estos serán sus títulos de realeza: «Admirable», «Consejero», «Dios poderoso», «Padre eterno», «Príncipe de paz».
Su siempre creciente y pacífico reinado no acabará jamás. Gobernará con perfecta equidad y justicia desde el trono de David su padre. Traerá verdadera justicia y paz a todas las naciones del mundo. Esto ocurrirá porque el Dios Todopoderoso se ha empeñado en realizarlo.
Porque el Señor declara que desde entonces en adelante David tendrá por siempre un heredero que ocupe el trono de Israel.
Ellos vivirán en la tierra de Israel donde sus antepasados vivieron, la tierra que yo di a mi siervo Jacob. Ellos, sus hijos e hijas, y sus nietos y nietas, por todas las generaciones futuras. Y mi servidor David será su Príncipe para siempre.
»Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido, al que nadie jamás podrá conquistar. Este reino de Dios destruirá a todos estos reinos, pero él mismo permanecerá estable para siempre.
y le darás este mensaje que yo, el Señor Todopoderoso, le envío: “Haré que surja en la tierra un hombre, cuyo nombre será Renuevo, él será el encargado de edificar el templo del Señor.
Él construirá el templo del Señor, luego se sentará sobre su trono real para gobernar. También un sacerdote se sentará sobre otro trono, a su lado, y habrá completa paz y armonía entre ellos”.
Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán contra ella.
Pero Jesús tiene mayor honor que Moisés, porque el que construye una casa tiene más honor que la casa misma.
también ustedes son piedras vivas con las que se está edificando una casa espiritual. Así llegan a ser un sacerdocio santo, para que le ofrezcan a Dios sacrificios espirituales por medio de Jesucristo. Estos sacrificios a él le agradan.