1 Reyes 2:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 20084 Si haces esto, el Señor cumplirá la promesa que me dio, que si mi hijo y sus descendientes observaban sus caminos y le eran fieles, uno de ellos sería siempre rey sobre Israel, y mi dinastía jamás tendría fin. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19604 para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente4 Si lo haces, el Señor cumplirá la promesa que me hizo cuando me dijo: “Si tus descendientes viven como debe ser y me siguen fielmente, con todo el corazón y con toda el alma, siempre habrá uno de ellos en el trono de Israel”. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)4 y Yavé mantendrá la palabra que me dijo: Si tus hijos vigilan su comportamiento, si caminan delante de mí sinceramente con todo su corazón y con toda su alma, tendrás siempre un descendiente en el trono de Israel. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion4 a fin de que YHVH cumpla su palabra que habló acerca de mí, diciendo: Si tus hijos guardan sus caminos andando delante de mí con fidelidad, con todo su corazón y con toda su alma, jamás te faltará° varón sobre el trono de Israel. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19754 Y así cumplirá Yahveh la palabra que me dio cuando me dijo: 'Si tus hijos siguen su camino para andar en mi presencia con fidelidad, con todo su corazón y toda su alma, no te faltará varón sobre el trono de Israel'. Féach an chaibidil |
Parándose junto a la columna, frente al pueblo, el rey prometió delante del Señor que iba a obedecer todos los mandamientos y leyes que estaban escritos en el libro. Se comprometió a obedecer el pacto con todo su corazón y con toda su alma. Y todo el pueblo, siguiendo el ejemplo del rey, se comprometió a obedecer el pacto del Señor.
Luego David se dirigió a Salomón y le dijo: «Salomón, hijo mío, dedícate a conocer al Dios de tus padres; adóralo y sírvele con un corazón limpio y una correcta disposición, porque el Señor ve todo corazón, y entiende y conoce todo pensamiento. Si tú lo buscas, lo encontrarás; pero si tú lo abandonas, él te desechará por completo.