2 Reyes 21:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 20087 Manasés llegó a colocar una abominable imagen de la diosa Aserá en la casa en la cual el Señor había dicho a David y a Salomón: «Yo pondré para siempre mi nombre en esta casa, y en Jerusalén, ciudad que he escogido de entre todas las ciudades de las tribus de Israel. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19607 Y puso una imagen de Asera que él había hecho, en la casa de la cual Jehová había dicho a David y a Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre para siempre en esta casa, y en Jerusalén, a la cual escogí de todas las tribus de Israel; Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente7 Incluso Manasés hizo una imagen tallada de la diosa Asera y la colocó en el templo, en el mismo lugar donde el Señor les había dicho a David y a su hijo Salomón: «Mi nombre será honrado para siempre en este templo y en Jerusalén, la ciudad que he escogido entre todas las tribus de Israel. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)7 Colocó la estatua de Asera que había hecho en la Casa de la cual Yavé había dicho a David y a su hijo Salomón: 'En este templo, en esta ciudad de Jerusalén que elegí entre todas las tribus de Israel, instalaré mi Nombre para siempre. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion7 Además colocó en la Casa la imagen tallada de Asera que él había hecho, acerca de la cual YHVH había dicho a David y a su hijo Salomón: En esta Casa, y en Jerusalem, a la cual escogí de todas las tribus de Israel, pondré mi Nombre para siempre; Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19757 Colocó el ídolo de la aserá que se había fabricado en el templo del que Yahveh, había dicho a David y a Salomón, su hijo: 'En este templo, y en Jerusalén, la que yo escogí de entre todas las tribus de Israel, estableceré mi nombre para siempre. Féach an chaibidil |
Entonces el rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías y a los demás sacerdotes y guardas del templo que destruyeran todos los instrumentos usados en la adoración a Baal, a Aserá, al sol, la luna y las estrellas. El rey hizo que todo fuera quemado en los campos del valle de Cedrón, en las afueras de Jerusalén, y llevó las cenizas a Betel.