1 Timoteo 6:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Lucha la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna que Dios te ha dado y que has confesado ante tantos testigos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Biblia Nueva Traducción Viviente Pelea la buena batalla por la fe verdadera. Aférrate a la vida eterna a la que Dios te llamó y que declaraste tan bien delante de muchos testigos. Biblia Católica (Latinoamericana) Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos. La Biblia Textual 3a Edicion Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado, y delante de muchos testigos declaraste la buena confesión. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Combate el buen combate de la fe; conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que has hecho tan bella confesión en presencia de muchos testigos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos. |
La sabiduría es árbol de vida para quien se sujeta de ella; ¡felices los que no la sueltan!
Un poco más tarde lo hallé, lo retuve y no lo dejé ir hasta llevarlo al hogar de mi madre, a la alcoba donde ella me concibió.
«Al Señor pertenecemos», dirán orgullosos, «somos israelitas», y tatuarán en sus manos el nombre de Dios o el honorable nombre de Israel.
Entonces serán como guerreros valientes que dominan claramente a sus enemigos, dejándolos tendidos en las calles, y que enfrentan y derrotan también a las fuertes caballerías enemigas, porque saben que el Señor está con ellos.
Hemos sido veraces gracias al poder de Dios. Nuestra arma para atacar y defendernos ha sido la justicia.
Cuando reciban esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios porque ustedes obedecen el mensaje de Cristo, son generosos y se solidarizan con ellos y con todos.
y entrégalas al sacerdote que esté de turno y dile: “Este presente es mi ofrenda de gratitud por cuanto el Señor mi Dios me ha traído a la tierra que él prometió a nuestros antepasados”.
Ustedes están en la misma lucha que antes yo estaba. Y yo aún continúo luchando.
Que la paz de Dios reine en sus corazones, porque ese es su deber como miembros del cuerpo de Cristo. Y sean agradecidos.
Los hemos animado y consolado y hemos insistido en que vivan como lo hacen los que son de Dios, que es el que los llama a compartir su reino y su gloria.
Con tal objetivo, por nuestro medio les comunicó las buenas nuevas, para que participen de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Ahora, Timoteo, hijo mío, fíjate en este mandamiento que te doy: Pelea la buena batalla, tal como dicen las profecías que se hicieron en cuanto a ti.
Aférrate a la fe en Cristo y conserva limpia tu conciencia. Hay quienes desobedecen la voz de su conciencia y han naufragado en la fe.
No dejes de ejercitar el don que recibiste por medio de una profecía, cuando los ancianos de la iglesia impusieron las manos sobre ti.
Te ordeno en el nombre de Dios, que da vida a todas las cosas, y en el nombre de Cristo Jesús, que admirablemente dio testimonio delante de Poncio Pilato,
De esta forma estarán acumulando un verdadero tesoro para el futuro y obtendrán la vida verdadera.
Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no porque lo mereciéramos sino por su amor y porque así lo planeó. Antes que el mundo comenzara, su plan era mostrarnos su bondad a través de Cristo Jesús.
Lo que me has oído decir en presencia de muchos, enséñalo a creyentes de confianza que, a su vez, lo puedan enseñar a otros.
He peleado la buena batalla, he llegado al final de la carrera y me he mantenido fiel.
Quiero que sepan que nuestro hermano Timoteo ya ha sido puesto en libertad. Si llega pronto, iré con él a visitarlos.
pues hemos llegado a tener parte con Cristo, si somos fieles hasta el fin, tal como confiamos en Cristo al principio.
De estas dos cosas que no pueden cambiarse y en las que es imposible que Dios mienta, recibimos un gran consuelo los que ahora acudimos a él en busca de su protección y confiados en la esperanza que nos ha dado.
No le hagan mal al que les hizo mal ni insulten al que los insultó. Al contrario, bendíganlo, porque Dios los eligió a ustedes para que reciban bendición.
Y después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios mismo los restaurará, los hará fuertes, firmes, y les dará seguridad.
Amados, me había propuesto escribirles acerca de la salvación que Dios nos ha dado; pero ahora es preciso escribirles para que luchen y defiendan con firmeza la verdad que Dios, una vez y para siempre, dio a su santo pueblo.
Vuélvete a lo que oíste y creíste al principio; guárdalo firmemente y arrepiéntete. Si no lo haces, iré a ti como ladrón, cuando menos lo esperes.