Pero aun así Dios los salvó para honrar su nombre y mostrar su gran poder.
1 Juan 2:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Les escribo estas cosas, queridos hijos, porque sus pecados han sido perdonados en el nombre de Cristo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Biblia Nueva Traducción Viviente Les escribo a ustedes, que son hijos de Dios, porque sus pecados han sido perdonados por medio de Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) Esto les escribo, hijitos: ustedes recibieron ya el perdón de sus pecados. La Biblia Textual 3a Edicion Os escribo a vosotros, hijitos, porque los pecados os han sido perdonados a causa de su nombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Os escribo, hijitos, porque por su nombre se os han perdonado los pecados. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre. |
Pero aun así Dios los salvó para honrar su nombre y mostrar su gran poder.
Pero ¡ay, Señor, mis pecados! ¡Cuántos son! ¡Perdónamelos por amor a tu nombre!
¡Oh Señor, contra ti hemos cometido faltas gravísimas, pero ayúdanos por amor a tu propia magnífica fama!
Y también que en su nombre, comenzando en Jerusalén, se predicará a todas las naciones que hay perdón de pecados para el que se arrepiente.
Cuando vio la fe de ellos, Jesús le dijo al que estaba postrado: ―Amigo, tus pecados quedan perdonados.
Los profetas afirmaron que cualquiera que crea en él, alcanzará el perdón de los pecados en virtud de su nombre.
¡Hermanos! ¡Escúchenme! ¡Por medio de Jesús se les anuncia el perdón de los pecados! A cualquiera que crea en él se le declara justo, lo cual la ley de Moisés nunca pudo hacer.
¡En ningún otro hay salvación! No hay otro nombre bajo el cielo que los hombres puedan invocar para salvarse.
Varios de ustedes merecían antes estos calificativos, pero ya el Señor les lavó sus pecados, los santificó y los justificó en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.
Gracias a que él derramó su sangre, tenemos el perdón de nuestros pecados. Así de abundante es su gracia.
Al contrario, sean bondadosos entre ustedes, sean compasivos y perdónense las faltas los unos a los otros, de la misma manera que Dios los perdonó a ustedes por medio de Cristo.
Pero si, al igual que Cristo, vivimos en la luz, entre nosotros habrá compañerismo, y la sangre de Jesucristo el Hijo de Dios nos limpiará de todo pecado.
Pero si confesamos a Dios nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.
Hijitos míos, les digo esto para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado ante el Padre: a Jesucristo el justo.
No les escribo porque necesiten conocer la verdad, sino precisamente porque pueden discernir entre la verdad y la mentira.
Queridos hermanos, no me estoy refiriendo a ningún mandamiento nuevo, sino al mandamiento antiguo que desde un principio han tenido ustedes.