Los sacerdotes y los levitas, de pie, dieron la bendición al pueblo. El Señor escuchó su voz, y su oración llegó hasta su santa morada en el cielo.
Salmos 102:1 - Biblia Martin Nieto Oración de un afligido que, en su congoja, derrama su llanto ante el Señor Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Jehová, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor. Biblia Nueva Traducción Viviente Señor, ¡oye mi oración! ¡Escucha mi ruego! Biblia Católica (Latinoamericana) Señor, escucha mi plegaria, que mis gritos lleguen hasta ti. La Biblia Textual 3a Edicion Oración de un afligido que desmaya, y en presencia de YHVH derrama su querella. ¡Oh YHVH, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Oración del afligido cuando, desfalleciente, derrama su queja delante del Señor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oración del afligido, cuando está angustiado, y delante de Jehová derrama su lamento Oh Jehová, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor. |
Los sacerdotes y los levitas, de pie, dieron la bendición al pueblo. El Señor escuchó su voz, y su oración llegó hasta su santa morada en el cielo.
de todos los que dicen: 'La lengua es nuestra fuerza, los labios nuestras armas, ¿quién podrá dominarnos?'.
Date prisa, Señor, respóndeme, que me falta el aliento; no me escondas tu rostro, como a los que bajan a la tumba.
los lazos del abismo me liaban, se tendían ante mí las trampas de la muerte.
Tú corriges al hombre castigando la falta, como una polilla corroes su tesoro, el hombre no es nada más que un soplo.
Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, y a lo largo del día me repiten: '¿Dónde está tu Dios?'.
Mi gloria y mi salvación están en Dios, en Dios, mi roca de defensa y mi refugio.
En el día de la angustia acudo al Señor, alzo sin descanso mis manos en la noche y no encuentro consuelo;
Entretanto, y después de mucho tiempo, murió el rey de Egipto. Los israelitas, que seguían gimiendo bajo la dura esclavitud, clamaron, y su clamor, provocado por la esclavitud, subió hasta Dios.
Entró en agonía, y oraba más intensamente; sudaba como gotas de sangre, que corrían por el suelo.
Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia;
Quitaron de en medio de ellos los dioses extranjeros y adoraron al Señor. Y él no pudo soportar por más tiempo la aflicción de Israel.
'Mañana a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín; tú le ungirás como jefe de mi pueblo Israel para que salve a mi pueblo de la mano de los filisteos, porque he visto la miseria de mi pueblo y su clamor ha llegado hasta mí'.