Y Jazael, rey de Siria, oprimió a los israelitas toda la vida de Joacaz;
Oseas 7:9 - Biblia Martin Nieto Los extranjeros devoran su fuerza sin que él se dé cuenta; se ha llenado de canas, pero él no lo ha notado. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Devoraron extraños su fuerza, y él no lo supo; y aun canas le han cubierto, y él no lo supo. Biblia Nueva Traducción Viviente El rendir culto a dioses ajenos consume sus fuerzas, pero ellos ni cuenta se dan. Su cabello se ha encanecido, pero no se dan cuenta de que están viejos y débiles. Biblia Católica (Latinoamericana) Los extranjeros consumen sus energías sin que se dé cuenta. Su cabeza está sembrada de canas y él no lo nota. La Biblia Textual 3a Edicion Le socavan su fuerza° los extraños, pero él no se da cuenta; El cabello cano° se esparce en él, pero él no se da cuenta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Extranjeros devoran su fuerza, y él no se da cuenta. Sus cabellos encanecen, y él no se da cuenta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Extranjeros devoraron su sustancia, y él no lo supo; y aun la vejez se ha esparcido sobre él, y él no lo sabe. |
Y Jazael, rey de Siria, oprimió a los israelitas toda la vida de Joacaz;
En su tiempo Pul, rey de Asiria, invadió el país, y Menajén entregó a Pul unos treinta y cuatro mil kilos de plata para que le ayudase a consolidar el poder real en sus manos.
'Me han pegado... ¡No me ha dolido! Me han golpeado... ¡No lo he sentido! ¿Cuándo me despertaré...? Iré a buscar más'.
Vuestro país es un desierto; vuestras ciudades, pasto del fuego; vuestro suelo, ante vuestros mismos ojos, extranjeros lo devoran; es una desolación, como las ruinas de Sodoma.
No lo has oído, ni lo conocías, tu oído aún no se había abierto, pues yo sabía que eres pérfido y que te llamas rebelde desde el vientre de tu madre.
Perece el justo, y nadie se preocupa por ello. Los hombres piadosos son arrebatados, y nadie advierte que a causa del mal es arrebatado el justo
Mi pueblo será reducido al silencio por falta de ciencia; tú has rechazado el saber, y yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio; has olvidado la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Siembran viento, recogerán tempestad; su grano no dará mies, ni la espiga dará harina; y si la da, los extranjeros la devorarán.