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Isaías 57:1 - Biblia Martin Nieto

1 Perece el justo, y nadie se preocupa por ello. Los hombres piadosos son arrebatados, y nadie advierte que a causa del mal es arrebatado el justo

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Biblia Reina Valera 1960

1 Perece el justo, y no hay quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que de delante de la aflicción es quitado el justo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 La gente buena se muere; muchas veces, los justos mueren antes de que llegue su hora. Pero a nadie parece importarle el porqué; tampoco se lo preguntan a sí mismos. Parece que nadie entiende que Dios los está protegiendo del mal que vendrá.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El hombre honrado es asesinado y nadie toma la cosa en serio. Los hombres fieles son eliminados, y nadie entiende que si desaparecen, es para que no vean las desgracias:

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Perece el justo, y nadie repara en ello; Mueren los piadosos, y nadie comprende Que delante de la aflicción es quitado el justo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Perece el justo, y nadie hace caso. Se llevan a los hombres leales sin que nadie lo advierta. Por culpa del malvado se llevan al justo

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Isaías 57:1
17 Tagairtí Cros  

Todo Israel lo llorará, y le enterrarán; éste será el único de Jeroboán que vaya a parar a una sepultura, porque sólo en él, de la casa de Jeroboán, se ha encontrado algo grato al Señor, Dios de Israel.


Por eso, te concederé morir y ser enterrado en paz, y tus ojos no verán toda la desventura que yo voy a acarrear sobre este lugar'. Los mensajeros llevaron la respuesta al rey.


Ezequías murió y fue sepultado en la subida hacia las tumbas de los hijos de David. Todo Judá y los habitantes de Jerusalén le rindieron honores. Le sucedió en el trono su hijo Manasés.


Por eso te concederé morir y ser enterrado en paz; tus ojos no verán toda la desventura que yo voy a acarrear sobre este lugar y sus habitantes'. Los mensajeros llevaron la respuesta al rey.


Los oficiales lo sacaron de su carro, lo subieron a otro de los suyos y lo llevaron a Jerusalén, donde murió. Fue sepultado en las sepulturas de sus padres. Todo Judá y Jerusalén guardó luto por Josías.


Al maestro de coro. En octava. Salmo de David


Guarda la integridad, practica la justicia, pues para el hombre de paz hay un porvenir;


Por eso derramó sobre él el ardor de su cólera y los horrores de la guerra. ¡Rodeado de llamas, no ha entendido; abrasado, no ha prestado atención!


Pero un desastre te alcanzará, que no podrás conjurar; una calamidad caerá sobre ti, que no podrás evitar; la ruina te llegará de repente sin darte cuenta.


Decías: Seré soberana para siempre, perpetuamente lo seré; mas no reflexionaste en esto, ni pensaste en su fin.


¿De quién tienes miedo, a quién temes, para haber renegado así de mí, sin acordarte más de mí, ni llevarme en tu corazón? Yo me callaba, cerraba los ojos; por eso no temías.


Habla, pues, ahora a las gentes de Judá y a los habitantes de Jerusalén de esta manera: 'Esto dice el Señor: Mirad, yo estoy preparando contra vosotros una desgracia y madurando un proyecto en daño vuestro. Arrepentíos cada uno de vuestra mala conducta, mejorad vuestra conducta, vuestra manera de actuar'.


No lloréis al que está muerto, no hagáis duelo por él; llorad amargamente por el que parte, porque no volverá más, no verá más la tierra en que nació.


Dirás al bosque del Negueb: Escucha la palabra del Señor: Esto dice el Señor: Mira que yo voy a prenderte fuego, que devorará todos los árboles verdes lo mismo que los secos. La llama devoradora no se apagará y arderá todo en el Negueb de sur a norte.


La lealtad ha desaparecido del país, no queda un hombre justo. Todos acechan para verter sangre; el hermano a su hermano para ponerle trampas.


Si no escucháis ni os preocupáis de glorificar mi nombre -dice el Señor todopoderoso-, yo mandaré contra vosotros la maldición; maldeciré vuestras bendiciones; incluso las he maldecido ya, porque no hay entre vosotros quien tome esto en consideración.


¿Quién podría contar el polvo de Jacob? ¿Quién sería capaz de enumerar las miríadas de Israel? ¡Tenga yo la muerte de los justos! ¡Sea mi final como el suyo!'.


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