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Oseas 4:6 - Biblia Martin Nieto

Mi pueblo será reducido al silencio por falta de ciencia; tú has rechazado el saber, y yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio; has olvidado la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

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Biblia Reina Valera 1960

Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce. Así como ustedes, sacerdotes, se niegan a conocerme, yo me niego a reconocerlos como mis sacerdotes. Ya que olvidaron las leyes de su Dios, me olvidaré de bendecir a sus hijos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Mi pueblo languidece por falta de conocimiento, y como tú has dejado que se perdiera el conocimiento, yo también haré que pierdas mi sacerdocio. Te has olvidado de mi Ley, y también yo me olvidaré de tus hijos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Perecerá tu patria,° Porque mi pueblo perece por falta de conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, Yo te desecharé de mi sacerdocio.° Por cuanto olvidaste la Ley de tu Dios, También Yo me olvidaré de tus hijos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Perece mi pueblo por falta de sabiduría. Porque tú has rechazado la sabiduría, yo te rechazaré de mi sacerdocio. Porque tú te has olvidado de la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Porque tú desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

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Oseas 4:6
54 Tagairtí Cros  

Durante mucho tiempo Israel habrá de vivir lejos del Dios verdadero, sin sacerdotes que lo instruyan y sin ley;


Si no escuchan, un golpe los abate y mueren sin contarlo.


Mi celo me consume cuando mis enemigos olvidan tu palabra.


Mira mi miseria y sálvame, pues yo no me he olvidado de tu ley;


las redes de los malhechores me han aprisionado, pero yo no he olvidado tu ley;


con el sincero eres sincero, con el astuto procedes con astucia.


Los labios del justo alimentan a muchos, los insensatos mueren por falta de seso.


Actuar sin reflexionar no es bueno, actuar con muchas prisas es una equivocación.


Conoce el buey a su señor y el asno el pesebre de su amo. Israel, en cambio, no conoce; mi pueblo no comprende.


Porque has olvidado al Dios de tu salvación y no te acordaste de la roca de tu refugio, por eso has plantado huertos de delicias, y siembras en ellos semilla extranjera.


Cuando los ramos están secos, se les rompe; vienen las mujeres y los queman. Por ser un pueblo sin inteligencia no se compadece de él su creador, no le da su favor el que le ha formado.


También éstos se tambalean por el vino, y desatinan por los licores. Sacerdotes y profetas se tambalean por los licores, y el vino los domina: los licores les hacen desatinar, se tambalean como si tuvieran visiones, titubean al pronunciar sentencia.


Y si se le da a uno que no sabe leer, diciéndole: Lee esto, contesta él: No sé leer.


Niños dominan a mi pueblo, mujeres lo gobiernan. Pueblo mío, tus conductores te extravían, pervierten la senda de tus pasos.


¡Reuníos y venid, acercaos todos juntos, supervivientes de las naciones! Insensatos son los que pasean un ídolo de madera y suplican a un dios que no puede salvar.


Por eso mi pueblo irá al destierro por falta de inteligencia; sus nobles morirán de hambre, y sus gentes se abrasarán de sed.


Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está el Señor? Los intérpretes de la ley no me conocieron; los pastores se rebelaron contra mí; los profetas profetizaron tras dioses impotentes.


¡Oh, necio es mi pueblo, no me conocen; son hijos insensatos, no tienen inteligencia, diestros sólo para el mal, pero no saben hacer el bien!


Escucha, pueblo necio e insensato, que tiene ojos y no ve, oídos y no oye.


Enseñarán a mi pueblo a distinguir lo santo de lo profano y le mostrarán la diferencia entre lo impuro y lo puro.


Yo los apacenté y se saciaron; y, una vez saciados, su corazón se envaneció y de mí se olvidaron.


Haré cesar todo su regocijo, sus fiestas, sus novilunios, sus sábados y todas sus solemnidades.


Israelitas, escuchad la palabra del Señor: El Señor ha entablado un pleito con los habitantes del país. No existe ya fidelidad ni amor del prójimo, ni conocimiento de Dios en el país,


Mi pueblo consulta a su trozo de leño, y su bastón le da respuestas porque un espíritu de prostitución le ha seducido: adoran a los ídolos y abandonan a su Dios.


No castigaré a vuestras hijas porque se prostituyan, ni a vuestras nueras porque cometan adulterio, puesto que ellos también se van con prostitutas y con las prostitutas sagradas ofrecen sacrificios. Así el pueblo ignorante se prepara a la ruina.


Sus acciones no les permiten volver a su Dios, pues un espíritu de prostitución hay dentro de ellos y no conocen al Señor.


Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, y no holocaustos.


Efraín es como una ingenua paloma falta de inteligencia; llaman a Egipto, acuden a Asiria.


Los extranjeros devoran su fuerza sin que él se dé cuenta; se ha llenado de canas, pero él no lo ha notado.


¡Emboca la trompeta! Hay un águila sobre la casa del Señor, porque han violado mi alianza, han quebrantado mi ley.


Aunque haya escrito para él mis leyes a millares, las considera como las de un extraño.


Israel, olvidando a su hacedor, se ha edificado palacios, y Judá ha multiplicado las ciudades fuertes. Pero yo prenderé fuego a sus ciudades, que devorará sus palacios.


Mi Dios los rechazará, porque no le han escuchado, y andarán errantes entre las naciones.


Jesé, del rey David. David, de la mujer de Urías, tuvo a Salomón.


Dejadlos. Son ciegos, guías de ciegos; y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo'.


Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí;


Los hijos de Elí eran unos disolutos; no se cuidaban del Señor,