fue al templo del Señor con todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes, y leyó ante ellos todas las palabras del libro de la alianza encontrado en el templo del Señor.
Nehemías 13:1 - Biblia Martin Nieto En aquel tiempo, leyendo el libro de Moisés en presencia del pueblo, se encontró escrito en él que los amonitas y los moabitas no debían entrar jamás a tomar parte en la comunidad de Dios, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Aquel día se leyó en el libro de Moisés, oyéndolo el pueblo, y fue hallado escrito en él que los amonitas y moabitas no debían entrar jamás en la congregación de Dios, Biblia Nueva Traducción Viviente Ese mismo día, mientras se leía al pueblo el libro de Moisés, se encontró el pasaje que dice que jamás se debe admitir a un amonita o a un moabita en la asamblea de Dios, Biblia Católica (Latinoamericana) Por ese entonces se leyó el libro de Moisés ante el pueblo, pues allí estaba escrito: 'El amonita y el moabita quedarán para siempre excluidos de la asamblea de Dios, La Biblia Textual 3a Edicion Aquel día se leyó en el Rollo de Moisés a oídos del pueblo, y se encontró escrito en él que los amonitas y moabitas no debían entrar jamás en la congregación de Dios, Biblia Serafín de Ausejo 1975 En aquel tiempo se leyó el libro de Moisés al pueblo, y se halló escrito en él que los amonitas y los moabitas no podrían entrar jamás en la comunidad de Dios, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Aquel día se leyó en el libro de Moisés oyéndolo el pueblo, y fue hallado escrito en él que los amonitas y moabitas no debían entrar jamás en la congregación de Dios; |
fue al templo del Señor con todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes, y leyó ante ellos todas las palabras del libro de la alianza encontrado en el templo del Señor.
Vi también en aquellos días a judíos que se habían casado con mujeres asdoditas, amonitas y moabitas.
Al enterarse de ello Sambalat, el joronita, y Tobías, el funcionario amonita, no les gustó nada que hubiera venido un hombre a procurar el bien de los israelitas.
Pero al enterarse de ello Sambalat, el joronita, Tobías, el funcionario amonita, y Guesen, el árabe, se burlaron de nosotros y dijeron con desprecio: '¿Qué es lo que estáis haciendo? ¿Os vais a rebelar contra el rey?'.
Entonces nosotros recurrimos a nuestro Dios y montamos guardia contra ellos de día y de noche.
El día primero del séptimo mes, el sacerdote Esdras presentó la ley ante la comunidad, integrada por hombres y mujeres y cuantos tenían uso de razón.
En pie, y cada uno en su sitio, leyeron en el libro de la ley del Señor, su Dios, durante tres horas; y durante otras tres horas confesaron sus pecados y adoraron al Señor, su Dios.
Buscad en el libro del Señor y leed: no falta ni uno; ninguno echa de menos a su compañero, pues la boca del Señor lo ha ordenado y su soplo los ha reunido.
Sobre Moab. Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: ¡Ay de Neb, que ha sido devastado! ¡Cubierta de vergüenza Quiriat Yearín, que ha sido tomada, avergonzada, en ruinas, la ciudadela!
Esto dice el Señor: Por tres crímenes de los amonitas y por cuatro no le perdonaré; por haber abierto en canal a las mujeres encinta de Galaad para dilatar sus fronteras,
el cual envió mensajeros a Petor, junto al río Éufrates, en tierra de los amonitas, que fueron a buscar a Balaán, hijo de Beor, diciendo: 'Ha salido de Egipto un pueblo que cubre toda la tierra y está ya cerca de mí.
Jesús le respondió: '¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?'.
Después de la lectura de la ley y de los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: 'Hermanos, si tenéis alguna palabra que comunicar al pueblo, decidla'.
Pues en cada ciudad hay desde antiguo quienes leen y proclaman la ley de Moisés los sábados en la sinagoga'.